Wicked : magia en zapatillas

El telón del Teatro del Cobach se abrió la tarde del sábado para recibir a más de 150 pequeñas estrellas que, con zapatillas y escobas brillantes, revivieron la historia de Wicked en una función mágica organizada por la Academia Ego Dance & Fitness.

Desde temprano, los pasillos se llenaron de tutús verdes, diademas con brillos y nervios convertidos en emoción. En las butacas, los padres y familiares, con cámaras listas y sonrisas al por mayor, no disimulaban el orgullo ante una función que fue tanto espectáculo como celebración del esfuerzo.

La coreografía, cuidadosamente trabajada durante meses, transformó a las niñas en brujas entrañables, ciudadanas de Oz y personajes encantadores que hicieron vibrar el escenario con cada paso. No importaba si era la primera vez en escena o si ya acumulaban funciones: todas brillaron.

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Una cena llena de encanto

Ovación indiscutible

La energía contagiosa traspasó la cuarta pared, pues hubo risas, aplausos y alguna que otra lágrima entre quienes, desde las gradas, entendían que lo que estaban viendo era más que una obra: era el resultado de la dedicación, la disciplina y el amor por el arte.

La función concluyó con una ovación larga y merecida. Y aunque el cuento terminó, en los camerinos aún se escuchaban frases como “¡lo logramos!” o “¡fue increíble!”, que confirmaban que, en esa tarde mágica, las verdaderas hechiceras no llevaban varita, sino zapatillas de danza.