Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas / Columnas México

Trump no es tan fuerte como cree

La evidencia está a la vista. La popularidad de Trump muestra una tendencia a la baja.

León Krauze

A finales de la semana pasada, la Suprema Corte de Estados Unidos tomó una decisión que redefine los límites del Poder Judicial y amplía, una vez más, el margen de maniobra del Poder Ejecutivo.

Por momentos, pareciera que la mayoría conservadora en el máximo tribunal, el Poder Legislativo dominado por un Partido Republicano subordinado a los designios de Trump, y el propio Ejecutivo encabezado por el propio Trump, están trazando los contornos de un largo reinado.

Y no están solos.

Crece la inquietud, dentro y fuera del país, sobre la posibilidad real de que Estados Unidos ya no esté en condiciones de celebrar elecciones libres y justas. La advertencia no es nueva. Trump la insinuó en campaña cuando dijo, sin ambages, que, si sus votantes lo elegían, “no tendrían que votar de nuevo”.

La erosión de los derechos electorales, la marginación sistemática de las minorías, la propagación de la desinformación, la pérdida de confianza en las instituciones democráticas y los desafíos persistentes en ciberseguridad son apenas algunos de los factores que alimentan esa preocupación. La primera gran prueba será la elección intermedia de 2026, que definirá el control del Congreso.

Pero si todas esas alarmas resultaran exageradas -si la democracia estadounidense logra resistir, y se garantiza un proceso electoral razonablemente libre y confiable-, entonces la posibilidad de que el poder de Trump y del Partido Republicano se debilite no es menor. Porque, y esto es quizá el secreto peor contado de la política estadounidense actual, detrás del huracán de decisiones polémicas y de un aparato propagandístico eficaz, Donald Trump y su partido son electoralmente vulnerables.

No son tan fuertes como pretenden.

La evidencia está a la vista. La popularidad de Trump muestra una tendencia a la baja. Al 29 de junio de 2025, su índice neto de aprobación se sitúa en -6.2 puntos: 45.3% de los estadounidenses aprueban su gestión, frente a un 51.7% que la desaprueba. Es una caída respecto a inicios de mes, cuando su saldo negativo era de -3.6. Las encuestas varían: Gallup reporta un 40% de aprobación; YouGov/Economist, 41%; Morning Consult, 46%. En general, no son buenos números para Trump.

En temas específicos, el panorama es aún más adverso. Su aprobación neta en materia migratoria cayó de +4.0 a -3.7, con profundas divisiones partidistas sobre medidas como la campaña de terror que han desatado las redadas de ICE. En economía, el saldo también es negativo, con la mayoría de los estadounidenses considerando que sus políticas han empeorado la situación y elevado el costo de vida. En comercio, la caída es más severa: Casi el 60% desaprobando su manejo de aranceles y negociaciones. En inflación, su índice neto de aprobación es de -22.6, reflejo del malestar extendido ante el aumento sostenido de precios.

Falta todavía mucho para las elecciones presidenciales de noviembre de 2028. Pero dentro de un año, en el verano de 2026, toda la atención estará puesta en el rumbo de la democracia estadounidense. En circunstancias normales, el Partido Demócrata tendría una oportunidad clara de recuperar la Cámara de Representantes y frenar, al menos parcialmente, la agenda de Trump. Esa es la realidad política. Si Estados Unidos sigue siendo una democracia funcional, Trump y su partido están en problemas. Ahora sólo falta saber si ese supuesto -el más importante de todos- sigue en pie.

X: @LeonKrauze

Sigue nuestro canal de WhatsApp

Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí

Temas relacionados