Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas | Noticias de México | EL IMPARCIAL /

La normalización de lo que antes era impensable

¿Se vale que un Presidente en funciones tenga su propia criptomoneda y haga negocios con ella utilizando su cargo público?

Leo Zuckermann

Juegos de poder

Cuando leí la noticia, no la podía creer. Pensé que era fake. Pero no, resultó verdad. Inmediatamente visualicé que vendría un gran escándalo. Pero no, otra vez me equivoqué, no sucedió lo que imaginé.

Sí aparecieron algunas notas y comentarios en la prensa, no en la magnitud que yo esperaba.

Lo he platicado con amigos y hemos llegado a la conclusión que se han normalizado cosas que antes eran absolutamente impensables.

Como que el Gobierno de una nación que financia a grupos terroristas islámicos le haya ofrecido regalarle un avión de lujo al Presidente de Estados Unidos. Que éste lo haya aceptado para utilizarlo como transporte presidencial en lo que resta de su periodo y, luego, para uso personal.

Dijo Trump que consideraba “un gesto muy bonito” el regalo de Catar y añadió que sólo un “estúpido” rechazaría un “avión carísimo gratis”.

No, no sería un “estúpido” el que lo rechazaría, sino un político juicioso que entiende que nadie regala nada gratis. Mucho menos un Gobierno extranjero. Mucho menos una monarquía hereditaria de jeques multimillonarios que utilizan su dinero para mantenerse en el poder.

No lo haría, desde luego, un gobernante decente que rechaza la utilización de su puesto público para enriquecerse.

Lo haría alguien como Trump que tiene un proyecto de Gobierno patrimonialista. Que no ve problema alguno en usar los recursos del Estado para su beneficio personal.

Para el Presidente de Estados Unidos, el regalo de un 747 equipado con todo lujo es una especie de quid pro quo porque su país le ha brindado seguridad a Catar y “continuaremos haciéndolo”.

Si es así, pues que le manden la factura de lo que gasta el contribuyente estadounidense en seguridad catarí, se lo cobren y ese dinero entre al erario. De ninguna manera pueden cobrarse con un avión para el uso personal de Trump.

Estamos viendo, en tiempo real, un caso de corrupción.

Trump no lo percibe así. Y, al parecer, tampoco los medios estadounidenses que no han hecho de esta historia un gran escándalo. Sí, lo mencionan, pero todo indica que Trump se quedará con su nuevo juguetito sin mayor problema.

Es la normalización de lo que antes era inimaginable.

Como, también, que el Presidente de Estados Unidos y su esposa, antes de tomar posesión, hayan creado una “moneda meme” para enriquecerse. Por un lado, cobrando las comisiones por cada transacción de gente que compra/vende esta criptomoneda. Por el otro, manteniendo una posición importante que pueden vender a su antojo.

Sin embargo, lo más importante es que no hay transparencia alguna en quién está “invirtiendo” en este instrumento a cambio de qué. Por ahí se podrían colocar sobornos a la familia presidencial sin dejar huella.

Trump, de hecho, promueve su moneda meme. Ha “anunciando que los compradores más destacados disfrutarían de una cena privada en uno de sus campos de golf y que los mayores tenedores tendrían un tour por la Casa Blanca”.

¿Se vale que un Presidente en funciones tenga su propia criptomoneda y haga negocios con ella utilizando su cargo público?

Impensable algo así en el pasado. Hoy, totalmente normalizado.

Reporta el New York Times que, antes de su viaje por el Medio Oriente, los hijos de Trump, Donald Jr. y Eric, se trasladaron a la región para cerrar tratos que beneficiarán a la familia presidencial: “Involucran miles de millones de dólares, incluyendo un hotel de lujo en Dubai, una torre residencial de alta gama en Jeda, Arabia Saudita, y un nuevo campo de golf y complejo de villas en Catar”.

Aquí lo he dicho y lo repito. No es gratuito que Trump admire a Putin. No sólo por el poder autoritario que ejerce en su país sin contra pesos algunos. También por ser el hombre más rico de Rusia.

Es el jefe de la oligarquía que domina la economía rusa. Según Forbes, la fortuna de Putin se calcula en 200 mil millones de dólares. En testimonio frente al Senado de Estados Unidos, el financiero Bill Browder dijo que el Presidente ruso amasó la mayor parte de su riqueza después del encarcelamiento del oligarca Mikhail Khodorkovsky en 2003. Tras la condena de éste, “los demás oligarcas acudieron a Putin y le preguntaron qué debían hacer para evitar caer en la misma trampa que Khodorkovsky. De lo que siguió, resultó que la respuesta de Putin fue: «50%». No se refería al 50% para el Gobierno ruso ni para la administración presidencial rusa, sino al 50% para Putin personalmente”.

Estados Unidos es un país más próspero que Rusia. Trump, como Putin, está utilizando el poder para beneficio personal. Su visión es patrimonialista. Saldrá de la Casa Blanca mucho más rico de lo que era. Por lo pronto, con un avión nuevo de más de 400 millones de dólares.

Leo Zuckermann

X: @leozuckermann

Sigue nuestro canal de WhatsApp

Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí