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Vargas Llosa: Se fue uno de los más grandes

Me dolió mucho. En lo personal, lo considero el mejor escritor contemporáneo de habla española...

Leo Zuckermann

Juegos de poder

Me pilló en medio de mis vacaciones la muerte de Mario Vargas Llosa. Me dolió mucho. En lo personal, lo considero el mejor escritor contemporáneo de habla española, por arriba de Jorge Luis Borges, Octavio Paz, Gabriel García Márquez, Javier Marías o Javier Cercas por mencionar a otros titanes que también son de mis autores favoritos.

Cada quién sus gustos. Yo me quedo con el peruano por su vasta, diversa y espléndida obra. Mi admiración por Vargas Llosa está sesgada por mi gozo por las novelas. Es el género literario que más disfruto.

Y, para novelas, las de don Mario, que escribió una veintena entre 1963 y 2023.

No todas son buenas. El Paraíso en la otra esquina (2003), por ejemplo, me aburrió. Nunca me enganché en esta novela sobre Flora Tristán y su nieto, el pintor Paul Gauguin.

Pero, aquí, a manera de pequeño homenaje, voy a mencionar algunas de las tantas que me encantaron.

Comienzo con una que se menciona poco: Pantaleón y las visitadoras (1973). Imposible pensar que hoy en día se pudiera escribir una novela con esta trama. La legión de los “políticamente correctos” cancelarían al autor de un libro sobre un pelotón de sexoservidoras del Ejército peruano.

Vargas Llosa nos cuenta la historia del capitán Pantaleón Pantoja al que se le asigna la misión secreta de establecer un servicio de “visitadoras” con el fin de satisfacer a los soldados apostados en remotas guarniciones en la Amazonía peruana. Con la eficacia que lo caracteriza y un sentido inquebrantable del deber, Pantaleón organiza el servicio con una disciplina militar envidiable. La misión prospera, pero, como es de esperarse, surgen diversas complicaciones que hace que el lector se desternille de risa. El resultado es una gran obra de humor y sátira de nuestros países latinoamericanos.

Sigo con otro libro que es una catedral de la literatura: La fiesta del chivo (2000). Se trata de una novela que nos atrapa desde sus primeras páginas. Vargas Llosa entrelaza la historia de tres personajes. Primero, la del dictador Rafael Leónidas Trujillo que gobernó con mano de hierro a la República Dominicana desde 1930 hasta su asesinato en 1961. Aquí vemos la representación de lo que acaba siendo el poder absoluto en un hombre envejecido, con graves problemas de salud y paranoico por las traiciones que se están gestando a su alrededor.

Luego está el grupo de conspiradores que está planeando el asesinato de Trujillo. Cada uno tiene sus propios motivos -personal, político o moral- para formar parte del complot.

Finalmente está Urania Cabral, la dominicana que regresa a su país después de muchos años de vivir en Estados Unidos y que tiene recuerdos muy dolorosos y cuentas pendientes, especialmente con su padre, quien fue un funcionario prominente de Trujillo.

La fiesta del chivo es un libro sobre el poder absoluto, la corrupción, el abuso, el miedo y la degradación moral que hemos sufrido en tantos países de América Latina.

Como pocos, Vargas Llosa era un escritor magistral del erotismo. Dos novelas son particularmente geniales en esta materia.

Uno es Elogio de la madrastra (1988) que se centra en un triángulo familiar que incluye a don Rigoberto, su segunda esposa Lucrecia, y el hijo de Rigoberto, un niño llamado Alfonso, apodado Fonchito. La novela explora la sensualidad y el deseo indagando los aspectos oscuros y placenteros de la atracción, aunque también cuestiona los límites de la moral convencional. Vargas Llosa logra una intrincada historia que combina deseo, poder y moralidad.

Otro libro que contiene escenas eróticas maravillosas es Travesuras de la niña mala (2006). Trata sobre una peculiar relación amorosa que se extiende a lo largo de varias décadas y abarca diferentes países y contextos históricos. Ricardo Somocurcio, un romántico en busca de una vida estable, mantiene un amor constante y obsesivo por “la niña mala”, mujer fascinante y camaleónica. El amor y el deseo se enredan en un mundo cambiante.

Termino con otro libro apasionante, El pez en el agua (1993), que no es una novela sino una biografía dual. Cuenta, por un lado, la infancia y juventud de Vargas Llosa y, por el otro, su experiencia como candidato en las elecciones presidenciales de Perú en 1990. Las dos historias son muy interesantes, pero sobresale la segunda. Don Mario resultó un pésimo candidato que tuvo todo para ganar y perdió por una mezcla de arrogancia e ignorancia de cómo opera la política en nuestros países latinoamericanos. Su reflexión es una joya de males que nos siguen aquejando como la demagogia y el clientelismo electoral.

Por fortuna, hay muchos más libros de él. Lo que queda es agradecer a este escritor excepcional, Premio Nobel de Literatura, por su creatividad, amplitud y variedad de su obra. QEPD.

Leo Zuckermann

X: @leozuckermann

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