Trump sigue agrediendo a México, ¡ahora a tomatazos!
En 2024 México exportó más de 3,300 millones de dólares en tomates y casi el 90% fue a EU.

Donald Trump sigue agrediendo a México. Ahora su objetivo son los tomates mexicanos que a partir del 14 de julio deberán pagar una cuota compensatoria o arancel del 21%. Su pretexto: Proteger a los productores estadounidenses de la supuesta venta de los tomates a precios más bajos que los del mercado gracias a subsidios entregados por el Gobierno a los productores (dumping), lo que es falso.
La realidad: Congraciarse con los agricultores de Florida rumbo a la campaña electoral de 2026. El golpe no es menor. El tomate es el tercer producto agrícola que exporta el País y sustento de más de 400,000 empleos, sobre todo en Sinaloa, San Luis Potosí y Baja California. En 2024 México exportó más de 3,300 millones de dólares en tomates y casi el 90% fue a EU. El precio de ensaladas, pizzas, hamburguesas y pastas podría aumentar más de 20% en supermercados y restaurantes estadounidenses, lo que afectará a millones de familias en EU, pero también a miles de mexicanos que podrían perder ingresos, empleos y estabilidad económica.
México produce actualmente unas 3.3 millones de toneladas de tomate al año, con expectativas de alcanzar 3.8 millones en 2025. Aunque no es un gigante en volumen, su peso comercial es enorme.
Para dimensionarlo: China lidera con 67 millones de toneladas anuales; India sigue con 21 millones; Turquía, 13 millones; EU, 13 millones; Egipto e Italia, 6 millones cada uno; Brasil y España, 4 millones; y Nigeria, 3.6 millones. México, con cifras menores, ha dominado el acceso al mercado más valioso del mundo. El problema para los agricultores mexicanos es que no hay reemplazo inmediato para el mercado de EU Canadá es opción por cercanía y tratado,pero su mercado es pequeño. Europa exige mayores estándares sanitarios y certificaciones fitosanitarias con losque muchos productores aún no cuentan. Asia implica costos logísticos elevados y rutas de transporte más largas e inciertas. En Medio Oriente hay que competir contra Turquía, Egipto e Irán. Las oportunidades existen, pero no están al alcance de todos. Muchos productores carecen del poder financiero para rediseñar su estrategia de exportación.
Y si eso fuera poco, el tipo de cambio complica todo. Si el peso se debilita, el tomate mexicano se abarata. Pero si se fortalece, pierde competitividad. Trump lo sabe, y por eso presiona.
En EU el panorama tampoco es alentador. Ahí se produce sólo el 40% de los tomates que se consumen y Florida y California no pueden llenar el vacío. Importar de Guatemala, España o Marruecos será más caro y lento. A corto plazo, habrá escasez. A mediano, inflación.
Con su decisión Trump canceló la Revisión del Acuerdo de Suspensión sobre Tomates Frescos de México, firmado entre el Departamento de Comercio de EU y los exportadores mexicanos de tomate en septiembre de 2019, que regulaba las exportaciones mexicanas.
La presidenta Claudia Sheinbaum dijo que el arancel es injustificado, defendió la calidad y competitividad de los tomates y anunció que recurrirá a la negociación para evitar que entre en efecto el 14 de julio.
Como siempre, su cabeza fría combina diálogo, defensa de los intereses mexicanos y un llamado a la cooperación bilateral dentro del marco del T-MEC. Trump insiste en agredir a México, ahora a tomatazos.
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