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Sobre el sonado retorno

  ¿Retirarse? Consuelo de mortales. Si el partido llama, a calentar la banca. Cuando el pueblo reclama, esperen tantito y amaina.

Contra pronóstico, alista el regreso. El Día B parece ineludible, suspiran los medios: Giras desérticas, listas extraoficiales, fotografías sugerentes, tanteos y guiños, siempre guiños. Más aquello que no vemos y sólo podemos imaginar: Cabildeos encubiertos, pactos tras bambalinas, plumas alquiladas, una manlio negra, vinitos y carnitas asadas. Es el modus operandi y sello de la casa, que nunca pierde.

Bigote impecable y relamido. Piel gruesa y uñas largas. Zapato lustrado con las babas del achichincle. Mancuernillas color zafiro o safiro. Camisa de masón o mazón. Traje a la medida, de corte estilo Andorra. La penumbra nunca combinó con el deseo.

El divo del caballito. Blanco del Times por presuntos lazos inconfesables. Convencido apologista del mal que sí duró 100 años: Kissinger. Testigo de primera fila cuando el desafuero. Perdido en la Historia a ratos, funcional a ella en otros.

Domador de serpientes y trepador de escaleras. ¡Ay del político que tire dados sin antes haber pactado la caída de sus lados!

Dios no ha muerto, que nos perdone Nietzsche. Vive y colea, como sus lealtades cultivadas y haberes acumulados. A desempolvar listas en tinta roja de favores por cobrar, que el patrón retorna.

Acaso nunca se fue y siempre habitó los silencios. Ya en una pintura colgada en las galerías de las musas políticas, ya en algún bulevar escénico cuyo nombre no queremos recordar.

Fantasea con ser centro delantero de una sub-75 tricolor que envejeció como leche a la intemperie. Sueña con anotar goles, aunque habite la memoria popular como el contención Gattuso: Pasa el balón o el jugador, pero nunca los dos juntos.

¿Retirarse? Consuelo de mortales. Si el partido llama, a calentar la banca. Cuando el pueblo reclama, esperen tantito y amaina.

Si todo falla, qué importa, el canon manda: Turno de la descendencia.

La familia es lo más importante, y pobre del que la descobije. El partido es lo más importante de lo menos importante, y pobre del político que sea político pobre. Bienaventurados los ricos en cinismo porque suyo es el reino del poder.

Regresarán los amigos que nunca se fueron. Renacerán proyectos huérfanos de comisión legislativa. Revivirán mañas disfrazadas de nueva temporada. Reescribirá la historia capítulos desechables. Retomarán las alianzas sus cauces, por las malas o por las regulares.

Cuando el carpintero expulsó a los mercaderes del templo, mostró lo verde de su madera. Bastaban viejas maneras para multiplicar del rebaño las cabezas y convertir en obras públicas las piedras.

Si Televisa idiotiza, tonto quien la democratiza. Si segundas partes nunca fueron buenas, vean El Padrino a las primeras -mucho por enseñarle al pobretón de Don Corleone.

Cayó en México un meteorito, pero cuando despertó todavía estaba allí.

Cayó en Sonora la tormenta, y se diluyó en indiferencia.

Si no suena lógico suena metálico, y si el río suena preventa lleva.

Lo que natura no da, CENtauro presta.

O quizá habló la mariposa, y a otra cosa Villahermosa.

Mitad carne, mitad leyenda negra.

A las puertas del Senado, ¿asunto cocinado?

Al sótano y a la derecha, siempre a la derecha.

Hasta el mejor boxeador de esparrin requiere.

Ay.

Qué hacer, preguntose Lenin.

Garantizar derecho a participar, no le fuéramos a imitar.

Bienvenido sea el señor. Acaso para acelerar los procesos sociales y susurrar al oído de la indignación: Te toca. El caso para que Penélope teja un Plan C. Ocaso para recordarnos lo que hoy somos y advertirnos de aquello que en el descuido del mañana podríamos llegar a ser.

Bienaventurada la forma en la retórica y la política por igual porque de ella brotan laberintos que llevan ya a la perdición ya a la verdad.

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