Desconstruyendo el no
En la espiral descendente de los monólogos del poder encuentro que se incrementa la frecuencia del no repetitivo.
Todos los niños descubren a temprana edad el poder del No, la negación como instrumento de poder, de rebeldía, declaración de autonomía, el poder del berrinche. Paro los adultos un No lapidario cierra espacios de construcción de acuerdos, diálogo, entendimiento, posibilidades y futuro.
En la espiral descendente de los monólogos del poder encuentro que se incrementa la frecuencia del no repetitivo. La negación como modo de comunicación política, como política de Gobierno y como plataforma electoral. Se niega la realidad, se niega el der echo a disentir, se niega la posibilidad de estar equivocado, se niega cualquier voz crítica, se niega la constitución, se niega la rendición de cuentas, se niega la separación de poderes, se niega el federalismo y de continuar gobernando vía un soliloquio matutino, el siguiente paso sería el negar el derecho a existir de quien se atreve a señalar que el emperador va desnudo y la urgencia de corregir el rumbo ante los resultados desastrosos en seguridad, salud, educación, economía, combate a la corrupción, Estado de Derecho y fortalecimiento de la democracia.
Esta semana se publicó por parte de World Justice Project el Índice de Estado de Derecho, México retrocede al pasar de 0.43 a 0.42 sobre una escala de 0, que implica débil adherencia al Estado de Derecho, al 1 que equivale a un vínculo fuerte. Se retroceden dos posiciones para ubicarse en el lugar 115 de 140 países evaluados y en lugar 27 de los 32 países de América Latina y el Caribe. Sonora por su parte se encuentra con un índice de 0.38 en el lugar 22 de las entidades federativas del País. La corrupción endémica que fue factor fundamental del discurso político y del triunfo del Gobierno actual, sigue sin resolverse, cada día es mas evidente que las redes de corrupción solo cambiaron de dueño cobijadas por la concentración de poder y ausencia de rendición de cuentas.
En el primer lugar del Índice de Estado de Derecho se encuentra Dinamarca con 0.90, país que en la narrativa presidencial “pronto” llegaremos a emular en materia de servicios de salud. La realidad es que a septiembre de 2022 el presupuesto del sector Salud disminuyó en términos reales en 0.9% y el número de Mexicanos con carencias de acceso a servicios de salud se ha incrementado en estos cuatro años.
Los ingresos del Gobierno federal a septiembre ascendieron a 4,886,435.4 millones de pesos, 5.6% más de lo presupuestado, derivado de un 26.7% mayor a lo esperado de ingresos petroleros y un 1.2% en ingresos no petroleros. Por lo que corresponde al gasto se observa un incremento de año a año de 1.7 % real destacando por su incremento Turismo con 238.5% y Bienestar con 43%; con disminuciones en energía 39.9%, educación 10.5%, economía 41%, INE 41.2%, Hacienda 19.1% y Presidencia 15.6%.
El gasto ejercido por el Gobierno federal continúa su marcha ascendente, solo hay un cambio de prioridades sin ninguna intención de hacer efectiva la austeridad, los ahorros prometidos siguen sin materializarse. La deuda bruta del Gobierno federal esta asciende a septiembre a 14,260,825.8 mdp, de lo cuales 836,845.2 mdp son de 2022.
No es la ausencia de presupuesto la causa de la disfuncionalidad de los emprendimientos de los gobiernos y magros resultados, si bien se podría argumentar que la recaudación fiscal de México con un 14.3% del PIB es insuficiente y defender la urgencia de una reforma fiscal, habría que evaluar el destino del gasto publico y los efectos de la corrupción en el ejercicio de éste. Es un Gobierno como el actual, de una sola voz, vertical, autoritario, errático, confrontado y dubitativo ante el mundo, el cual difícilmente será efectivo. Heraclito sostenía que “los hombres no piensan las cosas como las encuentran, ni reconocen lo que resulta de su propia experiencia, sino que se atienen a sus propias opiniones”. Opiniones y datos propios que propician la ausencia de una conversación de posibilidades entre gobernantes y gobernados. No es de sorprender el abismo creciente entre la autopercepción del gobernante y el juicio ciudadano.
La construcción de un Estado de Derecho y democrático es tarea de todos, no podemos esperar que el impulso llegue desde los partidos políticos, ante lo rentable que les es el perpetuar el status quo, solo vemos iniciativas de captura por unos cuantos para continuar con el gatopardismo que los define: “Que todo cambie para que todo siga igual”. Solo mediante el actuar ciudadano podremos salir del fango que nos encontramos. Ante las divagaciones reeleccionistas o de ampliación de mandato de nuestro Hamlet de bronce habría que recordarle a George Bernard Shaw que nos advertía: "a los políticos y a los pañales hay que cambiarlos seguido, y por las mismas razones". Tómenos como propia la enseñanza de Epícteto: “Debemos de medir el tamaño de nuestra zancada y la extensión de nuestra esperanza, de acuerdo a lo que es posible”.
Nos encontramos ante el dilema de quienes tememos la esperanza de un futuro mejor, contrastado con la oferta gubernamental de un regreso al pasado autoritario. Apresuremos nuestro andar de cara al futuro con una zancada firme por el bien de México y de nuestros hijos.
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