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Ludopatía "Gana" más adictos en el estado

Especialistas coinciden que en los últimos años se ha registrado un incremento de personas adictas a los juegos de apuesta. 

Ludopatía "Gana" más adictos en el estado

Tijuana, B.C.- “La adicción al juego nada más es un síntoma a un problema de mayor profundidad. La gente traemos traumas, resentimientos, corajes, desamor, y en vez de ir al psicólogo a tratarlos, nos vamos al casino. Porque el casino qué nos da, nos da serotonina, nos da dopamina, es una adicción patológica de comportamiento”, narró Porfirio Ramírez.

“Yo también soy adicto a las drogas, yo ya tengo 20 años que dejé de consumir alcohol y drogas, pero en el casino yo encontré el sustituto, y como es sociable, tiene unos axiomas que dicen: aquí ven, diviértete y gana. Te imaginas, en dónde va a pasar eso, en el alcohol no pasa, en el cigarro, en la comida; y aquí además te diviertes y sales premiado. Por eso es muy fácil engancharse”, añadió.

Porfirio, de 48 años y de oficio taxista, recordó que su inclinación por apostar dinero la adquirió desde que era niño, pero se profundizó conforme pasaron los años.

Tuve el gusto mucho por el deporte, por el boxeo específicamente, y empecé a ir a las funciones de box, y empecé a apostar en las funciones de box. Y a jugar voladitos en mi trabajo, rayolita. Siempre me ha gustado lo prohibido, siempre me ha incitado lo prohibido, lo que me causa adrenalina, taquicardia, emociones fuertes”, añadió.

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Sin embargo explicó que su adicción al juego comenzó a generarle problemas familiares y laborales.

“Llevaba una vida social, familiar, laboral, como todo ser humano, pero ya después empecé con mentiras, a echarle mentiras a mi esposa, ‘me asaltaron’, mentiras a mis clientes, a pedir prestado, a empezar a engañar personas”, recordó.

“Después vendí el taxi, no vendí la casa porque mi esposa no me dejó venderla. Empecé a sacrificar a mis hijos, a limitarlos económicamente. Mi estancia laboral, social, se fue enfriando como un hielo. Estaba presente, pero mi mente totalmente ausente, únicamente concentrado en una idea fija, que se llama obsesión o fijación, aunado a la compulsión. Si algo yo quería hacer es seguir jugando a costa de lo que sea”, añadió.

Lo anterior ocasionó que tuviera que separarse de su familia, de su esposa e hijos.

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“Llegó un momento, lo más triste, que se enfadó mi esposa, y dijo sabes qué, Porfirio es como un terremoto, si no me le aíslo, se van a ir mis hijos de por medio. Ella optó separarse de mí y dejarme, y salvarles las vidas a mis hijos. Entonces cuando ella me dejó, me sentí más libre y mi adicción creció”, narró.

Porfirio actualmente forma parte de la asociación civil Jugadores Anónimos, a la que llegó luego de recibir tratamiento psicológico.

“Viví mucho tiempo en la ignorancia. A mí, cuando me diagnosticó el neuro psiquiatra adictólogo, me dijo que tenía un trastorno, que era obsesivo-compulsivo-impulsivo. Entonces ahora entiendo que cuando algo me gusta, yo me voy a los extremos”, indicó.

Adicción en aumento

De acuerdo a especialistas en atención de personas adictas al juego, este padecimiento ha incrementado durante los últimos años, especialmente luego de las restricciones que se establecieron por el Covid-19.

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El especialista en salud mental y adicciones, Pedro Uriarte, señaló que el estrés post traumático de la pandemia generó que muchas personas, por la afectación del aislamiento o por el declive económico, acudieron a los casinos.

Explicó que esta situación también ha generado que incrementen las atenciones a personas que padecen adicción al juego.

Un empleado realiza un juego de ruleta en el casino Bally's de Atlantic City, Nueva Jersey. el 23 de junio de 2021. (AP Foto/Wayne Parry)

“En particular, en mi consultorio ahorita se incrementó muchísimo. Antes yo podía recibir dos o tres pacientes que buscaban tratamiento de ludopatía. Pero ahorita estamos hablando de diez pacientes que estamos canalizando, porque la agenda no me alcanza para poder estar dándole tratamiento”, destacó.

Graciela Jimémez Trejo, doctora del Hospital de Salud Mental de Tijuana, coincidió que los pacientes con trastorno por juego han incrementado, sin embargo el problema es que no le den seguimiento a su tratamiento.

“Son pacientes que llegan a suspender el tratamiento por el simple hecho que ya me dijeron que tengo que hacer esto, que tengo que hacer un cambio. Pero cómo me vas a quitar algo que tengo placer, que es hedónico para mí. Con qué se sustituye. Entonces por esta falta de conciencia dejan de tener el seguimiento”, señaló.

Decisiones dañinas

Uno de los pacientes que recibió tratamiento en el Hospital de Salud Mental es Jaime, de 60 años de edad, quien por su adicción al juego tomó decisiones que atentaron contra su vida.

“Llegó el momento en que dije ya estuvo bueno. Recuerdo el último día de mi apuesta fue un domingo 31 de marzo de 2018. A las tres semanas, un día 10 de mayo, saben qué se festeja el 10 de mayo, el día de la mamá, yo intenté quitarme la vida. Me escondieron unas armas que tenía, porque mi mujer y mi hija ya intuían que su esposo y papá quería irse de este mundo”, compartió.

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Explicó que la decisión la tomó porque ya no estaba consciente de lo que hacía.

“Por tu obsesión y compulsión, y porque se te descompone algo en tu cabecita. Que son la serotonina, dopamina, cosas que ya tienes que hacer atendido por un psicólogo, o un psiquiatra. Yo a raíz de que quise quitarme la vida, inclusive fui internado dos semanas en un hospital de salud mental”, detalló.

La adicción la juego, la calificó como una enfermedad terrible, que a las personas las puede llevar a la cárcel, la locura o la muerte.

“La cárcel, bendito Dios nunca la he tocado, espero nunca tocarla; la locura, creo que ya le andaba atinando, a veces andaba deambulando en la calle hablando solo, más cuando salía derrotado, y la muerte, pues ya mero le atinaba”.

Jaime también forma parte de la asociación Jugadores Anónimos donde uno de sus compañeros es Fernando, quien narró que en sus más de 30 años de adicción al juego le tocó mirar hasta la muerte de personas frente a una máquina.

“Esto es muy triste. Yo salí una ocasión, saliendo del casino miré a una persona que quedó así en la máquina. A mí no me lo contaron, yo lo vi”, relató.

“Y uno que tiene el vicio del juego, de la ludopatía, te va a decir pues ahí vamos, ahí vamos, ahí vamos. Nunca te va a decir las pérdidas. Ganas una y pierdes cuatro”, subrayó.

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