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Trump empoderado

Israel celebra la victoria, Irán lo mismo, y de paso Estados Unidos se siente el realmente victorioso.

Ricardo  Menéndez

Israel celebra la victoria, Irán lo mismo, y de paso Estados Unidos se siente el realmente victorioso. Así está pasando con muchas guerras contemporáneas, la diversa interpretación sobre a quien le toca la palabra héroe, invasor o victorioso es la norma. Trump tiene una narrativa que toca al narcicismo americano, a la mitad de ellos les encanta un presidente que repita diariamente que es lo mejor del mundo en esto o aquello, que diga imprecisiones o francas mentiras, que hable de otros países como si se tratara de niños portándose mal, que apoye ciegamente el crimen en Gaza, que tenga pendientes con la ley y un pasado lleno de escándalos, nada de esto les importa, de hecho, les fascina. Conquista a millones de americanos que imaginan a su presidente como un salvador, y él fortaleciendo su certeza mesiánica. Se presenta como perseguido pero invencible, igual sus seguidores, teniendo como eje central el recuperar la grandeza del imperio americano. El empoderamiento de Trump llega a límites extremos, él mismo dice merece haber recibido cinco veces el premio Nobel, y se la cree. La reciente firma de paz entre Congo y Ruanda, llamada iniciativa Washington, dijo quisiera se llamara Trump, una Pax Americana que va encima de sus recursos naturales, pero, como con India-Pakistán o Ucrania-Rusia, él quiere pasar como el negociador de acuerdos, el pacifista. A nosotros nos está dañando esta narrativa, ha tenido acciones muy significativas como con El Mayo o recientemente con acusación a bancos mexicanos, acciones que marginan a nuestro gobierno, no le comparten información o dan razón. Somos una piñata fácil y Trump es un barril sin fondo, seguirá amedrentándonos a lo largo de su presidencia. De hecho, oficialmente, para ellos, México entra en la lista de archienemigos de Estados Unidos junto a Rusia, Irán y China y nuestros delincuentes son terroristas, las cosas se van calentando gradualmente. No nos podemos confiar en su apodo de TACO, puede lastimar mucho en el camino. No queremos tenga la animadversión que tiene con Canadá, a nosotros nos puede dañar más que a nadie, nuestro comercio depende de ellos, será todo un arte de diplomacia y astucia librar los golpes. Para colmo acaba de ganarse a la Corte Suprema abriendo la puerta a decisiones drásticas pudiendo saltarse la Constitución, como con los nacidos de padres indocumentados que pronto en gran parte de EUA ya no tendrán la nacionalidad americana y serán unos apátridas, apenas está comenzando esto. Sin embargo parece que hemos terminado la temporada 1, como en las series, y comenzamos con inquietud la temporada 2 del Trumpismo. Sexo, violencia, contenido adulto, lenguaje ofensivo y temas sensibles por su cercanía a la realidad. House of Cards se queda chiquita.

  • *- El autor es siquiatra y ejerce en Tijuana.

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