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El corrido bajacaliforniano y sus noticias comunitarias

Como canto popular, el corrido mexicano es una de las contribuciones fundamentales a nuestra identidad nacional.

Gabriel  Trujillo

Como canto popular, el corrido mexicano es una de las contribuciones fundamentales a nuestra identidad nacional. Lo mismo ha sucedido con el corrido en Baja California, mezcla de noticia periodística y testimonio de acontecimientos preminentes de cara a la historia de nuestra entidad. Pero primero hay que hacernos otras preguntas: ¿Dónde comienza la música popular en Baja California? ¿En las coplas que cantaban los primeros mexicanos a mediados del siglo XIX? ¿En las baladas románticas que se entonaban con la guitarra en la mano en las tierras áridas peninsulares, mientras se cuidaba el ganado? Lo poco que sabemos es que las primeras

populares nacidas en esa tierra de nadie que se llamaba la frontera fueron corridos de héroes comunitarios, de forajidos mexicanos luchando contra la imposición de la cultura anglosajona.

El caso más sonado, después de la guerra entre México y los Estados Unidos (1846-1848), es el de Joaquín Murrieta por haber sido una espina molesta clavada a un costado del imperio estadounidense en California. Murrieta es el símbolo de los mexicanos despojados de su patria y que, sin embargo, se niega a claudicar llevando a cabo una guerra de guerrillas que, para las autoridades norteamericanas, es puro y simple bandidaje. La leyenda de Murrieta cuenta que vino a Baja California a ocultarse y aquí vivió sus últimos días. El corrido escrito en su honor debió hacer sido compuesto en la década de los años cincuenta del siglo XIX y fue profusamente difundido de boca en boca, como un himno de desafío al invasor desde la derrota implacable. De autor anónimo, este corrido retrata el estado de ánimo de muchos fronterizos bajacalifornianos de aquellos tiempos: “Yo no soy americano/pero comprendo el inglés,/yo lo aprendí con mi hermano/al derecho y al revés,/y a cualquier americano/lo hago temblar a mis pies”.

Como la mayor parte de los corridos de personaje famoso, el corrido de Joaquín Murrieta reivindica a los estamentos más

desprotegidos de la sociedad de frontera frente a los hacendados poderosos y los estadounidenses abusadores. Antecedente del corrido de la revolución y punto de partida del cantar que populariza las hazañas de los hombres y mujeres fuera de la ley como figuras romantizadas, como ejemplo a seguir. Es notorio que la música popular bajacaliforniana no fue escasa, pero si uno lee los programas de festivales y saraos, de serenata, conciertos y bailes, uno descubre que las composiciones propias son imitaciones de las baladas románticas de su tiempo. Lo fronterizo sólo surge, con notables excepciones, en canciones paródicas que se presentaban para hacer burla de costumbres o tipos sociales que la comunidad fronteriza bien conocía.

La Revolución Mexicana y su cauda de corridos revolucionarios poco efecto tuvo en Baja California entre 1910 y 1930. Sí, desde luego, estos cantos revolucionarios se cantaban en los mítines y reuniones políticas, en bares y cantinas con enorme sentimiento, pero Baja California solo se adentra en esta zona de crítica de las inequidades sociales y de grito a favor de los desheredados de la nación mexicana hasta los años treinta y cuarenta del siglo XX, cuando la Reforma Agraria del presidente Lázaro Cárdenas (1934-1940) y el asalto a las tierras en el valle de Mexicali en 1937 ponen el acento en la justicia social de obreros y campesinos. De ahí que en 1946, Francisco Bernal escriba el “Corrido del valle de Mexicali” en su revista Momo, donde expone sin tapujos, la situación real de vivir en Baja California: “Del valle de Mexicali/voy a cantar el corrido,/voy a cantarles la historia/de este pueblo tan sufrido./El novecientos dieciocho/llegamos a esta región;/me vine con otros cuates/a los campos de algodón”.

El “Corrido del valle de Mexicali, como muchas de estas piezas, es una crónica de su época: responde a los aconteceres que registra una comunidad de frontera como Mexicali, pero su mayor aportación es su punto de vista, su perspectiva que ilumina lo que los bajacalifornianos, como sociedad, difundían en la plaza pública como sus noticias, incluyendo sus esperanzas y temores, sus quejas y demandas. A los compositores de corridos les atrae el drama humano y más cuando implica un momento de unión, la definición histórica de una comunidad ante una injusticia o un acto arbitrario del poder en turno. La epopeya social y la épica colectiva como parte esencial de estas crónicas de acontecimientos que muestran el carácter íntimo de toda una época, la vida a ras de tierra de nuestra sociedad.

  • *- El autor es escritor, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua.

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