Renuncias

La renuncia en masa de ocho de los once ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), representa un fuerte golpe para México a nivel internacional, lo que hará ahora sí que varios países que han estado pendientes de la mal llamada “reforma judicial” volteen al país al considerar que la justicia está en entredicho.

Los togados incómodos para el régimen, quienes renuncian para no participar en el proceso de elección popular, son la ministra presidenta de la SCJN, Norma Lucía Piña Hernández, Margarita Ríos Fajat, Jorge Pardo Rebolledo, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Alberto Pérez Dayán, Juan Luis González Alcántara, Javier Laynez y Luis María Aguilar Morales.

Esta renuncia ha provocado una sacudida, tan es así que el primero que, fiel a su costumbre, empezó a vociferar fue el presidente del Senado de la República, Gerardo Fernández Noroña, quien amenazó con no aceptar la renuncia, pero no tanto porque no se vayan, sino para poner un “candado” a fin de que los togados no puedan recibir su haber de retiro que por ley les corresponde.

Fernández Noroña despotricó de inmediato con el argumento de que los togados se quieren llevar las alforjas llenas de dinero, sin tomar en cuenta que esto no es ilegal y, sobre todo, que dos de sus camaradas de la 4T, el ministro en retiro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea y la ministra en retiro Olga Sánchez Cordero, ya reciben sus “alforjas” por haber de retiro. Seguramente a los ocho ministros se les lanzará la 4T y achichincles a la yugular por exhibir con su renuncia mal llamada “reforma judicial”.

Lo interesante es que al actual Pleno de la SCJN le tocará discutir el proyecto del ministro González Alcántara, donde considera inconstitucional parte de la “reforma judicial”, entre ellos el despido de Jueces y Magistrados Federales para elegirlos por medio del voto popular.

Casi es un hecho que los ocho que presentaron su renuncia voten a favor del proyecto, mientras que las ministras afines al régimen, Lenia Batres, Yazmín Esquivel y Loretta Ortiz, sin argumentos de peso voten en contra, por lo que el proyecto tendría validez.

PRESIONADO

Con el agua al cuello, se encuentra el diputado independiente-morenista Danny Fidel Mogollón, pues todo parece indicar que en la segunda semana de noviembre volverá a presentar una licencia para ausentarse de sus funciones ante el pleno del Congreso del Estado.

Según se comenta, el legislador se someterá a un procedimiento de cateterismo para intentar aliviar su mal cardíaco, pero los más enterados aseguran que tiene el corazón hecho pedazos y no precisamente por fallas en las arterias que llevan la sangre a este órgano vital, sino porque los ataques en su contra surgieron desde el mismísimo corazón del morenismo bajacaliforniano y contra eso, no hay antídoto que lo cure.

Mogollón Pérez ha sido escarnio por supuestamente haber maltratado físicamente a su esposa, algo por supuesto es reprobable lo malo es que la afectada se ha negado a admitir al menos públicamente, que las cosas hayan pasado de esa forma.

Pero como en política no hay vacíos de poder, la maquinaria morenista se echó a andar y tal parece que la cosa subió al menos tres rayitas de intensidad, pues el delito menor si es que se pudiera considerar así, se refiere a la violencia intrafamiliar ya que, sobre el legislador pesan expedientes que salen de los pleitos políticos, si no solo habría que preguntar a los taxistas que confiaron de sus servicios como abogado y los dejó como dice la canción “abrazados de un poste”, pero eso sí, con muchas ganancias, no muy claras por cierto, he ahí el dilema.

Por eso quizá las apuestas son muy altas y a no creer, se inclinan a la posibilidad de que el legislador ya no regrese a su curul, pues más vale pájaro en mano que un ciento volando.