Reivindicados
Tenía 18 años cuando sucedió la Matanza del 2 de octubre de 1968, en la Plaza de las Tres Culturas, en el Distrito Federal.
Por el derecho a la libertad de expresión.
Tenía 18 años cuando sucedió la Matanza del 2 de octubre de 1968, en la Plaza de las Tres Culturas, en el Distrito Federal. Estaba estudiando para maestro en la Normal Estatal en Ensenada, y quedé conmocionado cuando me enteré de la cobarde masacre ordenada por el inhumano Gustavo Díaz Ordaz, entonces presidente de la república. Al igual que mi persona, millones de mexicanos decidimos que, o se iban a quedar las cosas en ese acto de lesa humanidad, o haríamos lo que estuviera en nuestras manos para denunciar, reprobar y exigir justicia contra quienes llevaron a cabo ese acto criminal. En cada una de las ciudades, pueblos y comunidades rurales, hubo personas que se manifestaron contra este cobarde crimen, organizado por el gobierno federal y secundado por el Ejército Mexicano. En contrapartida, otros mexicanos fueron indiferentes, permanecieron callados, y aprobaron, así, la matanza.
En esos años el panorama político partidario se reducía al tramposo y corrupto PRI, teniendo al PAN como su contrincante y principal opositor político. Los priístas, como lo han hecho toda la vida y lo seguirán haciendo, cerraron vergonzosamente el pico -que solo lo abrían para adular a los líderes corruptos y para comer las sobras que les daban- no dijeron nada y siguieron aprobando las políticas represivas y sanguinarias del díazordazismo. Posteriormente, sube al poder Luis Echeverría Álvarez, con el que se inicia la guerra de exterminio contra el movimiento estudiantil, de obreros y colonos de la nación. Utilizó la Dirección Federal de Seguridad, para perseguir, implacablemente, a los estudiantes y a los grupos organizados luchando por la democracia, y que seguían denunciando los crueles acontecimientos del 2 de octubre. Durante su administración, fue creado el grupo de Los
Halcones, sujetos que golpearon y mataron jóvenes mexicanos durante una manifestación, el 10 de junio de 1971, en la ciudad de México, en lo que se conoce como La matanza del Jueves de Corpus.
Desde entonces, hemos venido conmemorando estas fechas, exigiéndole al gobierno en turno la investigación plena, el reconocimiento de la verdad histórica y la condena personalizada de los culpables. Los gobiernos priístas y panistas no hicieron nada al respecto, y se siguió protegiendo a Díaz Ordaz y a Echeverría Álvarez. No obstante, en un acto histórico y sumamente plausible, Claudia Sheinbaum, reconoce los crímenes de estos traidores expresidentes, y ofrece disculpas a quienes fueron reprimidos y asesinados en ambos eventos.
La importancia de este acto reivindicativo, que llega más de cincuenta años después, es un punto de referencia que intenta restablecer la actitud digna entre los anteriores gobiernos y el actual. De la misma manera que se reprueban las matanzas, es una exigencia que se reabran las investigaciones y que se castigue a los culpables que siguen viviendo cómodamente, después de haber participado en estos hepasó chos trágicos, que marcaron, de manera negativa la vida nacional.
El hecho de tener la determinación para reconocer los errores y la traición al pueblo de México, en un momento en el cual se acostumbraba a lanzar palabras empalagosas para los oídos castos de los políticos corruptos y de los partidos encubridores, Claudia levanta la voz y decide ofrecer disculpas a la nación, abriendo una nueva era de la política interna del país. Es un excelente paso que conlleva una actitud de renovar y mejorar nuestra vida doméstica.
Por último, la Presidenta debe atender otros asuntos cotidianos que nos conciernen a todos, como son las agresiones que constantemente tenemos los ciudadanos comunes y corrientes, de los elementos de cualquier agencia policíaca, que acostumbran violar nuestros derechos constitucionales. También deben ser traídos a cuentas, para que se reprueben y castiguen. No puede un simple policía ser más poderoso que la ley. Sobre esto no queremos disculpas. Queremos justicia. Vale.
*El autor es licenciado en Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.
Sigue nuestro canal de WhatsApp
Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí