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Controversia olímpica

Cuantas historias sobre género dieron estas Olimpiadas.

Ricardo  Menéndez

Cuantas historias sobre género dieron estas Olimpiadas. El criterio inclusividad está generando algunos errores. Feo, por decir lo menos, me resultó Imane Khelif, la boxeadora argelina que ganó el oro en peso wélter, por privacidad no es pública su condición física en relación a los dos sexos, es sabido que presenta una condición que de la mujer se llama hiperandrogenismo, entiéndase exceso de testosterona. Independientemente de los detalles de su origen biológico, es un dilema para el deporte olímpico. Notorio fue que no cubrió los criterios para el boxeo profesional, no pudo acreditar su condición de mujer. Los niveles elevados de testosterona pueden también deberse a recibirla del exterior de su cuerpo, algo severamente castigado por las agencias mundiales de antidopaje en el deporte. Por fuera o por dentro esta persona estuvo expuesta a un baño de testosterona desde muy pequeña, desarrollando una enorme fuerza dentro de sus 66 kg (peso welter) y 1.78 de estatura. Hemos sido testigos de golpizas en el terreno olímpico donde la idea es lastimar lo menos posible, una boxeadora italiana se retiró al primer par de golpes, no quería quedar con lesiones, “recibí dos golpes en la nariz y ya no podía respirar, me dolía mucho, nunca me habían golpeado así”. El hiperandrogenismo es un espectro, hay desde las manifestaciones mínimas que pueden hacer mujeres, digamos que bigotudas, hasta formas tan intensas que transforman los cuerpos femeninos en masculinos en los caracteres sexuales secundarios (distribución del vello, grasa y músculo, por ejemplo) y en casos excepcionales, y con mucho entrenamiento, se pueden dar ejemplos como el de esta boxeadora quien solamente sería justo se enfrentara a otra persona con características equivalentes. Llama la atención que no usa hijab (cabeza cubierta) y tiene un corte de cabello y actitud masculina, circula como un bato. Su fenotipo atípico es con alto grado de control genético, o por lo menos eso parece, en otras palabras, así es su naturaleza humana y no depende de ella. Distintos son los efectos de hormonarse en la adolescencia para inhibir lo natural y adquirir rasgos del sexo opuesto, ni qué decir en la infancia, estos son desastrosos. Como psiquiatra me ha tocado atender a varias personas en esta situación, hago lo que puedo para alejarlas del suicidio. Para el presidente de Argelia, es una heroína, también Trump, Musk, Meloni y Milei han tomado posición al respecto, en realidad es un problema bioético. La boxeadora en cuestión tiene una historia de superación como boxeadora en medio de un ambiente muy represor, mucho mérito. Es hoy en día la máxima celebridad en Argelia, sin inmutarse ante los comentarios sobre su condición singular y consecuente debate mundial. Complicado futuro el de Imane Khelif.

*- El autor es siquiatra y ejerce en Tijuana.

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