De noche con el diablo

Es posible que el 2024 sea recordado como el año en que regresó el pánico satánico a las pantallas. Tan sólo en los pasados seis meses hemos visto Inmaculada, La primera profecía, Exorcismo, Longlegs, por mencionar únicamente las de alto perfil.

Los hermanos Cairnes de Australia llegan con otra endemoniada visión retro, que como su anterior largometraje, Scream Campaign (2016) también se centra en una producción televisiva (o streaming), lo cual revela la indudable experiencia previa de los directores.

Noctámbulos (Night Owls) es un programa nocturno de mediados de los setenta, un clon más de Johnny Carson. Su conductor, Jack Delroy (David Dastmalchian), está determinado a superar los niveles de audiencia de Carson a toda costa. Después de gozar de un éxito moderado durante un par de años, la tragedia azota a David cuando su esposa, una conocida actriz, es diagnosticada de cáncer y finalmente fallece, no sin antes elevar hasta su mayor punto los ratings de Noctámbulos con una emotiva aparición en el programa al lado de su esposo, con todo y su tanque de oxígeno para poder respirar entre frase y frase.

Posterior a la muerte de su mujer, Delroy desaparece durante un tiempo, pero regresa con más vigor para continuar con su programa. El episodio especial de Halloween es lo que se presentará esta noche de 1979. Con esta premisa, los Cairnes aprovechan para recrear un programa de los setenta tal como se transmitían, “en vivo y en directo”. Los invitados serán un espiritista, un escéptico determinado a desenmascarar todo tipo de engaños, que ofrece un millón de dólares por cualquier prueba de la existencia de fenómenos paranormales, y por último, una parapsicóloga, autora del libro, Conversaciones con el diablo, basado en su análisis de una niña que fue rescatada de una comuna satánica, como la única sobreviviente de un incendio que acabó con todos los miembros.

En un prólogo, a manera de documental, se muestra Estados Unidos en los setenta, “tiempo de miedo y violencia” (Vietnam), y se mencionan también las misteriosas reuniones de élite del Bohemian Grove en el estado de Nueva York, donde, anualmente desde 1878, se llevan a cabo crípticas ceremonias rituales.

Una vez que arranca el programa de Noctámbulos, básicamente tenemos una parodia de los talk shows setenteros con un conductor fingido e insufrible, excesivamente similar a los dos Jimmys (Kimmel y Fallon) que ocupan el mismo horario estelar en la actualidad. Uno a uno Delroy va presentando a sus invitados y la narrativa sobre fenómenos inexplicables que están sucediendo en vivo va subiendo de intensidad.

Básicamente tenemos una versión del Exorcista pero en un programa de televisión en vivo, exhibiendo los intereses comerciales que hay detrás de mantener las cosas como están sucediendo, sin poner un alto para proteger a las posibles víctimas de los acontecimientos.

A pesar de que el detrás de cámaras, perfectamente filmado no está justificado, todo resulta interesante, hasta que, lo que parecía tener un cierto dejo de seriedad y suspenso, se convierte en un circo salido del mejor (o peor) Evil Dead.

En su coda, los Cairnes (vinculando el prólogo de Bohemian Grove) exponen lo más oscuro de la ambición y la avaricia, la firma de contratos que avanzan los intereses de fama y fortuna personales a toda costa. Esto podría explicar a la perfección las posiciones que mantienen los dos Jimmys (e infinidad de personalidades) hoy en día.