Pieles pitic: Artesanos sonorenses crean prendas que “valen lo que cuestan” y llaman la atención mundial

PARTE DOS Y ÚLTIMA

PITIQUITO, SONORA.- El éxito alcanzado por Pieles Pitic se los ha brindado la calidad de sus trabajos, pues todas las prendas son elaboradas por manos de calificados artesanos sonorenses, quienes al final entregan productos que “valen lo que cuestan”, aseguró su propietaria Carmen Arocha.

Hermosillo

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A 54 años de su fundación, el negocio que se encuentra en Pitiquito, una población ubicada a unos 270 kilómetros de la capital de Sonora, tiene el orgullo de haber vestido a estrellas internacionales como Elvis Presley, Cher, Jennifer López y Cristina Aguilera, dijo la dueña.

También figuras del espectáculo nacionales han lucido sus prendas, añadió, entre ellos Vicente y Alejandro Fernández, José José, Lorenzo de Monteclaro, Valentín Elizalde, Christian Nodal, Verónica Castro y Lalo Mora.

Indicó que hasta el ex presidente de Estados Unidos, Gerald Ford, y políticos y deportistas mexicanos han vestido alguna prenda de este negocio 100% sonorense.

Pasé más de 45 años de mi vida trabajando entre estas paredes. Hay recuerdos imborrables, todavía vengo a darme unas vueltas por acá ya que de repente extraño todo esto. Gracias a mi trabajo vinieron diseñadores de Italia y California querían llevarme para allá y me preguntaban donde había estudiado y yo nomás me reía ¿pues cuál estudio?, apenas que lee uno, a fuerzas aprendí la ‘costureada’ con una Singer (antigua máquina de coser) porque el hambre es canija (risas)”, comentó Margarita Picos, Costurera jubilada con más de 45 años trabajando en Pieles Pitic.

La propietaria del negocio, Carmen Lizárraga viuda de Arocha, manifestó que los productos que fabrican son de la mejor calidad en todos los sentidos y que quienes los adquieren se llevan prendas únicas, duraderas, estilizadas y con su respectivo toque artístico, ya que llevan mucho trabajo y ninguna es igual, aunque puedan parecerse.

Incluso las pantuflas, que son las que más se parecen, dijo, cada par, incluso cada pieza es diferente, aunque sean hechas con las mismas manos. Son únicas y los precios de estas oscilan entre mil 300 a mil 600 dependiendo del personalizado (de la talla 2 a la 10). Para niños desde recién nacidos, hasta la talla 2 cuestan 500 pesos.

Indicó que los bolsos valen alrededor de mil 800 (normales), pero con accesorios aumentan un poco más.

Los marcos de sahuaro, con todo y “Juramento Yaqui”, cuestan de mil 500 hasta 3 mil 200, dependiendo del tamaño y la piel.

Las chamarras más sencillas tienen un costo de 3 mil 500 pesos y pueden llegar a valer (la más cara que han vendido) hasta 22 mil pesos, dependiendo del cliente.

Si les gusta mucho la chaquira, el bordado, el tejido y alguna pintura artística, como a los cantantes; aumentan su precio porque hay algunos que hasta los botones quieren bordados a mano o “enchaquirado”, explicó.

Vengo seguido a comprar chamarras, cintos, pantuflas, bolsas y todo lo que es de piel y vendan aquí, vengo con Carmen y lo compro. Tengo una chamarra que tiene añales y no le ha pasado nada. Igual tengo amistades que dicen lo mismo. La calidad, diseño, textura y costura es de lo mejor, y a la medida”, espresó, Mariela García, Clienta de más de 20 años y vecina de Oquitoa.

PRIMERA PARTE: Lucen artistas pieles sonorenses

SORTEAN DIFICULTADES

Respecto a la disminución de las fuentes de empleo, comparado con la época de auge donde Pieles Pitic llegó a tener hasta 282 trabajadores, en los años ochenta, Carmen Arocha indicó que se debe a múltiples causas.

Principalmente las derivadas de las crisis económicas, devaluaciones, inflaciones, aperturas de otros mercados, etcétera, que se han venido presentando desde hace muchos años, todo aunado a algunos eventos inherentes a la salud de sus seres queridos que prefirió omitir.

Lo bueno es que seguimos en pie gracias a Dios”, dijo con algo de pesadumbre, al agregar que, aunque desafortunadamente no haya mucho interés en la actual juventud por continuar con este tipo de oficios.

EL MOMENTO MÁS DIFÍCIL

Se le preguntó que si cuál había sido el momento más difícil de la empresa después de la muerte de su esposo y reveló que fue el fallecimiento (durante la pandemia de Covid) de tres de sus empleados más queridos, que crecieron junto a la empresa.

Hizo una pausa y quiso continuar, pero los sentimientos le afloraron y se le entrecortó la voz a punto de llorar, luego emitió un leve sollozo, respiró hondo y continuó, “fue muy difícil”.

LOS ANTECEDENTES

La construcción de Pieles Pitic tiene más de 130 años y antes que su esposo la adquiriera era una tienda antigua de abarrotes.

Ah, está llena de hermosos recuerdos”, suspiró.

Carmen Arocha, continuó su recorrido por varios espacios, amplios, bien organizados con un toque entremezclado de tradicionalidad, elegancia y sencillez al mismo tiempo, entre cientos de prendas impregnadas con esa vibra magnética, armonizante y tranquilizante de casona vieja con aroma de piel, dejando un agradable recuerdo del que es difícil prescindir, aunque nostálgico.

Este negocio ha sido pieza clave en el desarrollo de Pitiquito y se ha ganado un nombre y reconocimiento de muchos amantes de las prendas de vestir de piel.