Juegos tradicionales en peligro de extinción
Quedan atrás las canicas, el balero, el yoyo y el pinyex, para dar paso a los videojuegos y celulares.

NOGALES, Sonora.- Los juegos como el trompo, las canicas, el balero, pinyex, la bebeleche, y otros tantos que permitían la convivencia entre niños se están extinguiendo y ahora los videojuegos y el celular mantienen atrapada la atención de los menores.
Ricardo Laguna So, catedrático con doctorado en Sociología, señaló que la evolución de las nuevas tecnologías pone de manifiesto la destreza de niños y jóvenes, pero también causan afectaciones de convivencia familiar.
“Dentro del proceso de evolución y cómo se entretienen los llamados millennials, una parte fundamental es la destreza de los niños y muchachos para el manejo de las nuevas tecnologías.
“En esa cosificación sabemos muy bien que nosotros tenemos la culpa, creemos que la tecnología nos lleva a una mejoría, pero desafortunadamente nos hemos aislado de convivir con los demás y estos son los aspectos negativos”, dijo.
Laguna So indicó que en los estudios realizados en los años ochenta, se detectó que en los juegos de entretenimientos que hacían los menores luego de salir de clases les permitía socializar por horas.
“Había un juego que se llamaba el ‘changalalai’ que era hacer un hoyo y utilizar dos palos y convivían, las clásicas canicas, el trompo, el carro con el puño, había socialización de dos y tres horas entretenidos en un mismo juego entre 10, 15 ó 20 personas.
“Con los videojuegos o celulares se aíslan en su propia casa, se convierte en un cuarto hotel donde prácticamente no quieren convivir y prefieren jugar en línea con otras personas.
“Se observa mucho que entre la propia familia se forman grupos de grupos, y aunque tengas a un lado al familiar prefieres convivir en las redes sociales como WhatsApp, Facebook, buscando likes, aunque se pierda la convivencia sana, ojalá y podamos volver a la base”, comentó.
Añoran viejos tiempos
El encargado de la dulcería Cananea, establecimiento con 50 años de tradición, indicó que aún hay personas que acostumbran a comprar trompos y canicas principalmente, pero son adultos y lo hacen por la añoranza de los viejos tiempos.
“Sí vienen personas, la mayoría son adultos que compran trompos, yoyos, canicas, baleros y otros entretenimientos antiguos, pero lo hacen por añoranza para recordar su época o mostrar a sus hijos como se divertían ellos”, señaló.
Pedro Vega Soto, de 65 años de edad, recordó que en sus tiempos de juventud se entretenían con juegos de destreza que les permitía convivir, hacer amigos y conservar la unidad familiar.
“La chamacada jugábamos al ‘chapete’, las canicas, el trompo, los quemones, la rueda de San Miguel, los colores, la matatena, al burro, muchos juegos sanos, no como ahora que puedes estar reunido en familia y todos están con el celular como hipnotizados.
“Ya no se ve juegos como la lotería, serpientes y escaleras, el tomatodo, nada ahora todo es videojuegos y celulares, las redes sociales han traído muchos beneficios, pero también mucha desunión familiar”, afirmó.
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