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Cucapás, orgullosos y enigmáticos

Cucapás, orgullosos y enigmáticos

El territorio que habitan los cucapás no siempre fue árido. Hace milenios, y siguiendo al Río Colorado, ellos llegaron a habitar un vasto terreno donde el agua era su elemento primordial.



Son enigmáticos, tienen pocas fiestas. En abril realizan un encuentro cultural pero se suspendió el año pasado y este por la muerte de dos de sus integrantes. Y es el culto a la muerte uno de los pocos rasgos de su tradición que aún sigue vigente.



Imposible que oculten su orgullo de ser cucapás, ya que se consideran los primeros que llegaron a esta tierra que ahora es San Luis Río Colorado.



Se estima que este grupo indígena tiene seis mil años en la región, tiempo en el cual han sido testigos de transformaciones naturales y otras provocadas por la mano del hombre, que han cambiado su forma de vivir, su cultura y actividades.



La vida para los cucapás era distinta pues se cree había una laguna en terrenos cercanos, cuando el cauce del río en mención era diferente al actual. Arqueólogos e historiadores establecen que fueron cazadores de mamuts y tigres dientes de sable, y recolectaron especies que ya no subsisten.



“Ellos fueron testigos de cuando se formó el lago, cuando desapareció y de los distintos cauces que tuvo el Río Colorado a lo largo de su historia, hasta el momento en que se construyen las presas, que definieron ahora sí su cauce en el siglo XX”, explica Tonatiuh Castro Silva.



El investigador del Centro Sonora de Culturas Populares destaca que este grupo fue retirado de la zona cercana al Río Colorado, lo que propició su retiro de la pesca y debió dedicarse a la agricultura y actividades relacionadas.



CASI EXTINTOS



Los cucapá son un pueblo originario casi extinto en Sonora. En Mexicali en el poblado El Mayor se calcula habitan 250 personas, mientras que la comunidad más grande se encuentra en Somerton, Arizona, donde la población se estima en 500 habitantes, según la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.



Hoy el escenario en la zona que se reservó para que viviera esta etnia es árido y desértico, los árboles se han secado y sólo quedan los troncos que se mecen con el viento, mezcla de polvo y naturaleza seca.



Hace dos años que la bomba que surte de agua al Ejido Pozas de Arvizu no sirve, al dañarse con el temblor del 2010.



La vista en el Ejido contrasta con el significado en la lengua de este grupo de nativos: “El pueblo del río” y “gente de agua” ya que sus ancestros se ubicaron en la ribera del Río Colorado y ahí desarrollaron a su pueblo.


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