Una tradición sanadora
Esta práctica ancestral es común aún entre las comunidades indígenas, de acuerdo con el cronista Ignacio Lagarda Lagarda

HERMOSILLO, Sonora.- En los años cincuenta y sesenta, la falta de servicios médicos en regiones marginadas llevó a comunidades indígenas y rurales a recurrir a la medicina tradicional, lo que fortaleció el papel de “curanderas”, “sobadores” y remedios naturales para tratar enfermedades y lesiones, prácticas que aún perduran hoy en día.
Ignacio Lagarda Lagarda, cronista municipal de Hermosillo, aseguró que esta forma de curación y sus creencias siguen vigentes en la comunidad hermosillense, ya que muchas familias continúan buscando a “curanderos” o “sobadores” para tratar ciertos males.
Resaltó que esta tradición perdura, surgida por la falta de cobertura de servicios médicos en aquellas décadas, lo que obligó a los habitantes a recurrir a métodos tradicionales como el uso de hierbas y plantas, que aún se emplean en la actualidad.
Afortunadamente, es una tradición que sigue existiendo. En los años cincuenta y sesenta, la cobertura médica no llegaba a muchas regiones marginadas del País, y los habitantes no tenían acceso a doctores ni enfermeras. Se curaban con medicina tradicional y ancestral, como las hierbas y plantas”, señaló.
A pesar de que muchas familias siguen utilizando estos remedios para afecciones como empachos o molleras caídas, Lagarda Lagarda afirmó que los “sobadores” y “curanderos” están en riesgo de desaparecer, debido a la falta de transmisión de estos conocimientos de abuelas a nuevas generaciones.
Los curanderas están tendiendo a desaparecer porque casi no hay personas jóvenes que lo practiquen, todo el tiempo fueron ancianas, pero estas no lo han transmitido a sus descendientes, comentó.
El Cronista Municipal de Hermosillo agregó que aún podrían existir “curanderas” o “curanderos” en la ciudad, originarios de comunidades yaquis ancestrales.
“Es posible que en la comunidad yaqui ancestral de Hermosillo todavía haya “curanderos”, aunque no está comprobado. La única comunidad donde esto podría suceder es en la comunidad yaqui del Cerro de la Campana y Coloso”, explicó.
APRENDE DE SU MADRE
Dayana Sosa, originaria de Guadalajara, Jalisco, pero residente en Hermosillo, compartió que lleva 15 años dedicándose a sobar y curar ciertos males como el levantamiento de mollera y problemas de matriz, entre otros.
Tengo quince años dedicándome a esto. Todavía hay gente que acude a sobarse, a muchas cosas ya sea por susto, matriz, mollera caída y todo eso, indicó.
La “sobadora”, de 38 años de edad, relató que todo lo aprendió de su madre, al observar cómo curaba a sus hijos. Esta tradición ha sido transmitida por cuatro generaciones en su familia, desde su bisabuela.
“Aprendí de mi mamá, ella sobaba a mis hijos, les levantaba la mollera, y después yo empecé a practicarlo. Comencé con vecinos, hermanos, tomé algunos cursos, pero así fue como aprendí”, expresó Dayana Sosa, quien tiene más de quince años de experiencia como “sobadora”.
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