Para Ana Cecilia hacer capirotada le trae dulces recuerdos
Era el postre favorito de su difunto esposo y para prepararla lo hace con la receta que aprendió de su suegra y su mamá.

HERMOSILLO, Sonora.- Cada Cuaresma, la cocina de Ana Celia Contreras Saavedra se llena del inconfundible aroma de la canela, el piloncillo y el pan dorado, señal de que prepara la tradicional capirotada, con una receta que aprendió de su madre y su suegra.
Su sazón no es casualidad, sino una herencia de su madre, Ana Celia Saavedra Higuera, y de su suegra, Francisca Navarro de Aldecoa, quien falleció hace 18 años. Ambas le enseñaron el arte de preparar este postre, transmitiendo así una tradición familiar que perdura en cada temporada.
Plátano macho, ciruelas pasas, biznaga, cacahuates, pan tostado, piloncillo y queso, entre otros ingredientes, forman parte de la receta familiar que Ana Celia Contreras sigue al pie de la letra.
Es una receta familiar. La hacía mi suegra y mi mamá, con los ingredientes que siempre usaban. Sólo viendo aprendí, ya de grande fue cuando empecé a hacer la capirotada”, comentó.
Desde hace poco más de ocho años, Ana Celia prepara la tradicional capirotada en cada inicio de Cuaresma. Cada jueves de la temporada, elabora este postre para luego entregarlo y venderlo.
HOMENAJE A SU ESPOSO
Para Ana Celia, hay un motivo especial detrás de cada capirotada que hornea, pues cada preparación le trae el recuerdo de su esposo, Marco Antonio Aldecoa Navarro, quien en vida disfrutaba este postre.
Tras su fallecimiento en agosto de 2020 por Covid-19, hacerlo se ha convertido en una manera de honrar su memoria.
Cada envase, cada cucharada de capirotada, lleva un pedazo de ese amor, un tributo al hombre que esperaba con ansias la llegada de esta temporada.
Era el postre favorito de mi esposo. Esperaba con emoción estas fechas para probarla. Ahora la hago en su honor”, contó, “se sentaba con su vaso de leche y la disfrutaba, me gusta que la gente la disfrute también, y al hacerlo, lo recuerdo. Le encantaba tanto que la comía sin piedad”.

CONFÍA EN SU SAZÓN
Elaborar la capirotada familiar le toma poco más de una hora, la cocina al horno o en cazuela, y cada tanda rinde alrededor de 18 envases de medio litro.
Desde que se aventuró a vender su capirotada, Ana Celia, de 56 años, ha confiado en su sazón. Su talento en la cocina ha sido reconocido por todos los que la prueban.
Hace como ocho años empecé y desde entonces me siguen pidiendo. Nunca me puse nerviosa, cocino de todo y a la gente siempre le gusta lo que hago, siempre he confiado en mi sazón”, afirmó.
LOS JUEVES
Cada año, desde el Miércoles de Ceniza hasta el final de la Cuaresma, Ana Celia prepara capirotada los jueves, para entregar pedidos durante los viernes, sábados y domingos.
El éxito de su postre ha crecido, ganando popularidad entre familiares, compañeros de trabajo en notarías públicas y a través de redes sociales.
A la gente le encanta”, comentó, “apenas empieza la Semana Santa y ya me preguntan: ‘¿Ya vas a empezar a hacer?’ ‘¿Harás capirotada?’ En todas partes, en donde he trabajado, mi familia, y hasta en redes sociales, me empiezan a escribir para pedirla”.
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