Trump, de nuevo…

BATARETE

Hace poco más de una semana, el martes 5 de noviembre, Donald Trump fue elegido, otra vez, presidente de los Estados Unidos de América. Kamala Harris, la candidata demócrata, entró como emergente cuando Joe Biden renunció a la candidatura por problemas de salud. Si Harris hubiera tenido más tiempo para exponer sus ideas, quizá otro hubiera sido el resultado.

Preocupa la figura del vencedor: Posee un ego desmesurado que le hace creer que tiene primacía sobre cualquier otro; su narcisismo es mayúsculo y desaforado; es misógino en extremo, racista, clasista y simpatiza abiertamente con movimientos de corte fascista como los supremacistas blancos o el Ku Klux Klan. Como empresario, no parece haber tenido escrúpulo alguno para utilizar trampas, marrullerías y engaños en sus tratos comerciales; y en su carrera política no ha tenido recato para avanzar en sus objetivos torciendo la ley. Para todos los efectos, el presidente electo de los Estados Unidos es lo que se llama un pájaro de cuenta.

Después de la elección de 2020, que la ganó Joe Biden, Trump fue acusado por pretender alterar el resultado e impedir la victoria del demócrata. Se le incriminó por conspiración para defraudar al gobierno, conspiración para obstruir un procedimiento oficial, obstrucción de un procedimiento oficial y conspiración para violar derechos civiles. Fue acusado por intentar revertir el desenlace electoral de 2020, de mentir a funcionarios estatales para inducirlos a ignorar los recuentos de votos y fabricar votos en siete estados en los que quiso cambiar el resultado. También por intentar reclutar a su entonces vicepresidente para impedir la certificación de la elección.

Además, se le responsabilizó de pretender frustrar violentamente la certificación de Biden cuando asuzó a la multitud enfurecida que tenía delante y los motivó a tomar por la fuerza el Capitolio. En ese incidente hubo cinco fallecidos… Trump se declaró inocente, pero el juicio ha sido pospuesto varias veces y ahora es posible que el Departamento de Justicia retire los cargos.

Otro caso penal se refiere a los documentos confidenciales que se llevó a su mansión de Florida al dejar la presidencia. En agosto de 2022, agentes del FBI recolectaron ahí más de 10 mil documentos que por ley pertenecen al Gobierno de Estados Unidos, algunos marcados como “confidencial” y hasta “top secret”. Enfrenta cargos por obstrucción de la justicia, destrucción o falsificación de registros, conspiración y declaraciones falsas.

En 2023 le acusaron de conspirar para subvertir los resultados de las elecciones de 2020 en el estado de Georgia, para mantenerse en la Casa Blanca. El caso es estatal y Trump no podría perdonarse a sí mismo ni a sus aliados, ni remover a los fiscales que presentaron los cargos. Los expertos prevén que el caso quedará congelado mientras sea presidente.

En mayo de 2024, un jurado lo declaró culpable de 34 delitos que se le imputaban por falsificar registros contables para encubrir un soborno de 130,000 dólares a la actriz de cine porno conocida como Stormy Daniels, para que ella no revelara que le pagó por relaciones sexuales unos años antes. Pretendió comprar su silencio durante la campaña presidencial de 2016. Y así, Trump se convirtió en el primer ex presidente de Estados Unidos condenado en un juicio penal, y ahora fue electo de nuevo…

Es culpable, pero todavía no se dicta sentencia, y los abogados lograron retrasarla hasta después de las elecciones. Algunos afirman que podrían condenarlo a una pena de prisión, pues Trump fue hallado en desacato 10 veces y el pago fue para influir en las elecciones. “Si es condenado podría entrar a prisión una vez dejado el cargo”, dijo un profesor de Derecho del Boston College.

Es un mandatario elegido a pesar de tener un historial delictivo no pequeño, con algunos procesos aún sin terminar, y por lo menos un juicio penal en el que se le juzgó culpable. Y aún así, increíblemente, logró ser candidato y hacerse con el puesto.

Pájaro de cuenta...