Aprender oficios les da esperanza
Al quedar recluidos en Itama reciben la oportunidad de estudiar y capacitarse.

CIUDAD OBREGÓN, Sonora.- “Ernesto” (nombre ficticio) ingresó hace un par de meses al Instituto de Tratamiento y Aplicación de Medidas para el Adolescente (Itama) en Cócorit a cumplir una condena por robo, desde entonces a la fecha sus días dieron un giro de 180 grados.
Al joven originario de una colonia del Oriente de Ciudad Obregón le restan 12 meses de sentencia, pero se muestra alegre y optimista ante las oportunidades que tiene dentro del centro, como aprender un oficio y continuar sus estudios.
“Nos levantamos temprano y nos aseamos y cambiamos para irnos a clases, en la mañana nos regularizamos en la escuela y por las tardes ya entramos a los talleres de oficio y hacemos deporte y otras actividades”, expresó.
Con lo que está aprendiendo tiene la ilusión de salir adelante cuando se encuentre en libertad, ser alguien de bien y tener algo que ofrecerle a la sociedad, comentó.
TRABAJO Y ESTUDIO
Issa Lizbeth Morales Samayoa, directora del Instituto, explicó que el principal objetivo dentro del Centro es lograr que los jóvenes y adolescentes logren integrarse completamente a la sociedad una vez que estén libres.
En estos momentos tienen 21 internos, desde los 14 hasta los 21 años, con los que se trabaja en varias áreas incluidas la educacional, sicológica, emocional y trabajo social con la familia, resaltó.
“Buscamos también hacer lazo entre la familia, los fines de semana que vienen a visita se les da escuela para padres o abuelos, o quien este a cargo del menor, recibe una plática de media hora con temas relevantes que mejoren la relación entre ellos”, opinó.
Indicó que los jóvenes tienen la oportunidad de aprender oficios a través del Instituto de Capacitación para el Trabajo (Icatson) que les ofrece talleres de panadería, tortillería, platillos y bebidas en general, herrería, carpintería e inglés, además acaban de iniciar el de agricultura orgánica, donde se sembrarán semillas de temporada.
“Aquí los jóvenes descubren sus capacidades, sus habilidades y que son capaces de crear cosas buenas, de aprender y prepararse, se encantan con lo que logran porque les da la esperanza de cambiar su vida en libertad y no volver a la vida que los llevó a estar presos, eso los mantiene motivados”, afirmó.
LEJOS DE ADICCIONES
Dentro de Itama, los jóvenes logran mantenerse sobrios y dejar vicios como las drogas, un 95% de los que ingresan presentaban algún vicio, dijo, se regularizan en la escuela, aprenden idiomas y mejoran sus relaciones con sus familiares.
“Al principio, al ingresar es difícil por el cambio, es mucho trabajo sicológico el que se hace, pero se han logrado grandes avances en todos los internos”, añadió.
De aprovechar todas las oportunidades que se les ofrecen dentro, los internos al salir tienen muchas opciones para empezar una nueva vida, ya que no se llevan
antecedentes penales.
Los jóvenes reciben capacitación laboral, emocional y sicológica, concluyó, para que puedan desarrollarse en cualquiera de los proyectos que aprendieron
a su egreso del Itama.
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