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Ataque con drones dañó la bóveda de seguridad de Chernobyl y liberó radiación, aseguró la OIEA

La agencia atómica urge reparaciones en el escudo protector de la planta de Chernobyl después de que quedara dañado tras un ataque en febrero.

Ataque con drones dañó la bóveda de seguridad de Chernobyl y liberó radiación, aseguró la OIEA

La sombra de Chernobyl, el peor desastre nuclear de la historia, se proyecta de nuevo sobre Europa. La estructura diseñada para contener la radiación del reactor destruido en 1986 ha sido dañada gravemente, perdiendo su función de seguridad primaria.

Según un informe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), reportado por CNN, un ataque con drones ejecutado en febrero contra la Nueva Cobertura Segura (NSC) de Chernobyl provocó un incendio y daños en el revestimiento protector, comprometiendo su capacidad para confinar desechos radiactivos.

Este incidente, ocurrido en el contexto de la guerra entre Rusia y Ucrania, reintroduce un peligro que el mundo había trabajado décadas en aislar. La información fue confirmada por la OIEA en un comunicado oficial el pasado viernes.

¿Qué pasó exactamente? El ataque que debilitó la bóveda

El 14 de febrero de este año, un dron impactó contra la gigantesca estructura de acero conocida como Nueva Cobertura Segura. La OIEA calificó los daños como “severos”.

El ataque, según el organismo, provocó que la bóveda “perdiera sus funciones de seguridad primarias, incluida la capacidad de confinamiento”.

Aunque no hubo daño permanente en las estructuras de soporte principal o los sistemas de monitoreo, la integridad del escudo quedó vulnerada.

Ucrania acusó a Rusia de llevar a cabo el ataque, una acusación que el Kremlin negó de manera tajante.

Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin, declaró: “No se habla de atacar infraestructura nuclear”, sugiriendo que las acusaciones podrían ser un intento de obstaculizar negociaciones de paz.

¿Por qué es tan grave? El colosal escudo que ya no protege

Para entender la magnitud del riesgo, es clave conocer qué es la NSC. Se trata de la estructura móvil terrestre más grande del mundo, un arco de acero de 2,100 millones de euros construido entre 2010 y 2019.

Su misión era clara: cubrir el sarcófago original y el reactor 4 destruido, asegurando el sitio por los próximos 100 años. Era “la colaboración internacional más grande jamás realizada en el campo de la seguridad nuclear”, según el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo.

Ahora, con su capacidad de confinamiento mermada, existe la posibilidad de que materiales radiactivos alcancen el exterior, aunque la OIEA no ha reportado un aumento inmediato en los niveles de radiación ambiental.

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La respuesta internacional: Urgen reparaciones completas

El llamado a actuar es claro. Rafael Mariano Grossi, Director General de la OIEA, advirtió:

Se han realizado reparaciones temporales limitadas en el techo, pero una restauración oportuna y exhaustiva sigue siendo esencial para evitar una mayor degradación y garantizar la seguridad nuclear a largo plazo”.

La OIEA, que mantiene una presencia permanente en el sitio, recomienda una renovación mayor. El reloj corre en contra: cada día que pasa con la estructura dañada aumenta el riesgo de que factores ambientales o nuevos incidentes agraven la situación.

Contexto de guerra: Chernobyl, un botín y un símbolo

Este no es el primer evento de riesgo en Chernobyl desde el inicio de la invasión rusa a gran escala en 2022. En los primeros días de la guerra, fuerzas rusas tomaron la planta nuclear y mantuvieron como rehenes al personal ucraniano.Controlaron la zona de exclusión por más de un mes antes de retirarse.

Este historial convierte al sitio no solo en un objetivo logístico, sino en un símbolo de los peligros transversales que un conflicto armado representa para la seguridad nuclear global.

El fantasma de 1986: La herida que no cierra

El accidente del 26 de abril de 1986 en el reactor 4 de Chernobyl liberó una nube radiactiva que contaminó amplias zonas de Ucrania, Bielorrusia y Rusia. Más de 30 personas murieron de inmediato en la cercana ciudad de Pripyat, pero las secuelas han sido mucho más largas.

La OIEA y la Organización Mundial de la Salud registran altas tasas de defectos de nacimiento y cáncer entre los residentes de las áreas expuestas. La NSC era la solución definitiva para aislar ese legado tóxico. Su vulnerabilidad hoy reabre un capítulo que se creía bajo control.

¿Qué sigue? Diplomacia y riesgo en medio del conflicto

La advertencia de la OIEA llega en un momento de intensa actividad diplomática. Según reportes de medios internacionales, delegaciones de Estados Unidos y Ucrania concluyeron recientemente una ronda de conversaciones de tres días en Miami, enfocadas en garantías de seguridad para Kiev y el futuro de los territorios en disputa como el Donbás.

Rusia ha exigido la retirada de las tropas ucranianas de toda la región, amenazando con tomar el territorio por la fuerza. En este escenario de alta tensión, la seguridad de instalaciones nucleares como Chernobyl se convierte en un tema urgente que trasciende las líneas del frente.

La comunidad internacional enfrenta ahora un desafío dual: presionar por una restauración técnica inmediata de la bóveda de Chernobyl y encontrar mecanismos para blindar las infraestructuras nucleares de los conflictos bélicos. La historia de Chernobyl es un recordatorio de que algunos peligros, una vez liberados, no entienden de fronteras ni de treguas.

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