Rescatan a hombre que estuvo 20 años en cautiverio gracias a un incendio que él mismo provocó
Tras años de abuso y aislamiento, un hombre de 32 años cuenta su estremecedora historia de cautiverio, que revela negligencia y desinterés por parte de las autoridades locales.

Waterbury, Connecticut – El 17 de febrero de 2025, un hombre de 32 años fue rescatado de un incendio. Posteriormente se descubrió que este estuvo dos décadas cautivo en una habitación de la casa. El fuego fue provocado por el mismo con la esperanza de escapar de la brutalidad en la que vivía.
El bombero que lo rescató, Gabriel Goja, recuerda haberlo encontrado desplomado en el suelo de la cocina, con un peso alarmantemente bajo y un cuerpo visiblemente demacrado.
Era como si no tuviera nada en los brazos”, comentó Goja, refiriéndose a la fragilidad del hombre, que pesaba solo 30 kilos a pesar de medir 1.75 metros.
Durante el traslado en ambulancia, el hombre reveló su identidad, mencionó su edad y relató que, desde los 12 años, vivió como prisionero de su padre y su madrastra, quienes lo mantenían encerrado en su cuarto alrededor de 23 horas al día.
Según su testimonio, permaneció en cautiverio durante 20 años en una habitación de apenas dos por tres metros. Fue forzado a hacer sus necesidades sobre periódicos y a vaciar su orina por la ventana del segundo piso. A lo largo de todo ese tiempo, no recibió atención médica ni dental alguna. Su alimentación consistía en esporádicos sándwiches, y sus dientes estaban tan deteriorados por las caries que se rompían al masticar.
Durante esos años de aislamiento, salía solo para llevar al perro de la familia a hacer sus necesidades en el patio trasero. Dichas excursiones que duraban aproximadamente un minuto.
Los recuerdos de su vida en aislamiento fueron revelados durante la entrevista con la policía en el hospital, donde detalló cómo sus padres lo sacaron de la escuela a los 12 años, impidiéndole recibir educación formal y obligándolo a vivir en un constante estado de terror y aislamiento.
Antes de su desaparición, los profesores, vecinos y compañeros de clase habían intentado alertar a las autoridades sobre la situación del joven. En varias ocasiones, se contactó a la policía de Waterbury y al Departamento de Niños y Familias de Connecticut para que intervinieran en favor de un niño que, según informes, estaba tan desnutrido que recurría a comer de la basura y a robar la comida de sus compañeros.
No obstante, las denuncias anteriores de la escuela primaria Barnard y de los vecinos fueron desestimadas, lo que permitió que el abuso continuara durante tantos años.
La última visita policial registrada al niño de la calle Blake fue el 18 de abril de 2005, a raíz de una denuncia realizada por su propio padre. Este solicitó la intervención de los agentes, alegando que estaba siendo acosado por personas que vigilaban constantemente a su hijo.
Ese mismo año, el padre retiró a su hijo de la escuela, supuestamente para educarlo en casa. En entrevistas realizadas el mes pasado con agentes de policía, el hombre admitió que, durante un breve periodo, su hijo recibió hojas de trabajo escolar, pero toda su educación formal se interrumpió poco después.
En su habitación, que estaba asegurada con una cerradura desde el exterior, el hombre pasaba su tiempo leyendo y releyendo un puñado de libros. Según relató a la policía, buscaba palabras desconocidas en un diccionario. Al final, “se educó a sí mismo”, según Milenio.
Logró escapar una vez. En 2005, cuando tenía entre 12 y 13 años, rompió un trozo del panel central de la puerta, pero en lugar de huir de la casa, se dirigió a la cocina en busca de comida. Le comentó a la policía que, al descubrir su intento de fuga, reforzaron la puerta de su habitación con madera contrachapada. Las amenazas de quitarle la comida o recurrir a la violencia lo desanimaron a intentarlo nuevamente.
Sobre el caso
El mes pasado, las autoridades han arrestado a Kimberly Sullivan, de 57 años, madrastra del hombre, quien enfrenta cargos de secuestro, agresión, crueldad, retención ilegal e imprudencia temeraria
Su defensa sostiene que el padre fue el principal responsable de la situación, aunque la policía continúa investigando los detalles de los abusos. Si es declarada culpable, podría pasar toda su vida en prisión.
Hoy, el hombre se recupera en un centro médico, donde se mantiene en anonimato por su protección.
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