Qué puede hacer Ucrania ahora con los misiles de largo alcance de EU y cómo esto podría afectar el curso de la guerra

La administración saliente de Joe Biden ha autorizado a Ucrania a utilizar misiles de largo alcance suministrados por EU para atacar más profundamente dentro del territorio ruso, según informes que citan a funcionarios de la Casa Blanca. Esta decisión se produce en medio de la preocupación en Occidente de que Moscú, apoyado por la llegada de miles de combatientes norcoreanos, podría estar preparando una contraofensiva importante para recuperar territorio perdido en la región de Kursk, en Rusia.

¿Qué implicaciones tiene la decisión de Biden?

Esta autorización podría marcar un punto de inflexión en el conflicto, al permitir que Ucrania realice ataques profundos dentro de Rusia, lo que podría cambiar la dinámica de la guerra. Para comprender mejor el impacto de esta decisión, The Conversation consultó a Benjamin Jensen, profesor en la Universidad Americana y en la Escuela de Guerra Avanzada del Cuerpo de Marines, quien ofreció su perspectiva.

¿Qué son los misiles que EU autorizó a usar Ucrania?

El sistema de misiles tácticos del ejército, conocido como ATACMS (Army Tactical Missile System), es un misil balístico de corto alcance que puede viajar mucho más lejos que las armas que Ucrania tenía disponibles hasta ahora. Aunque no se trata de una tecnología nueva, los ATACMS existen como concepto desde finales de los años 70 y principios de los 80, y fueron producidos por primera vez hacia finales de la era Reagan, alrededor de 1986. Estos misiles se desplegaron por primera vez en 1991 durante la Operación Tormenta del Desierto.

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Los ATACMS tienen un alcance de aproximadamente 300 kilómetros (190 millas), lo que es significativamente mayor que los misiles Storm Shadow suministrados por el Reino Unido (250 kilómetros de alcance) y los misiles Scalp proporcionados por Francia (250 kilómetros también). Además de su mayor alcance, los ATACMS viajan a una velocidad de Mach 3 (tres veces la velocidad del sonido), lo que los hace más difíciles de interceptar.

Otra ventaja importante es que los ATACMS no dependen exclusivamente del GPS para su navegación. Moscú ha logrado interferir en el uso de otros misiles que dependen de señales satelitales, pero los ATACMS pueden cambiar a un sistema de guiado por inercia, basado en giroscopios, lo que los hace menos vulnerables a estas tácticas. Además, estos misiles pueden cargar una cabeza explosiva de hasta 227 kilogramos (500 libras), lo que es suficiente para crear grandes cráteres al impactar.

¿Por qué se aprobó el uso de estos misiles ahora?

La decisión de Washington coincide con el aumento de las tropas rusas, reforzadas por combatientes norcoreanos. Se estima que actualmente hay alrededor de 10,000 norcoreanos en Rusia, una primera oleada que podría ser solo el principio. Al mismo tiempo, Rusia ha concentrado 50,000 soldados cerca de Kursk, una región clave que Ucrania recuperó a principios de este año. En los últimos días, ha habido ataques de prueba por parte de Rusia en la zona, lo que sugiere una preparación para una contraofensiva más grande con el objetivo de recapturar el territorio.

El pensamiento militar indica que, si se pueden atacar las tropas en áreas profundas dentro de Rusia, se podría interrumpir gravemente el alcance operativo de Moscú. Los ATACMS son ideales para atacar estas áreas de ensamblaje táctico, ya que su tamaño, velocidad y alcance los hacen difíciles de interceptar. En este sentido, el asesoramiento a Ucrania sería utilizar los ATACMS para golpear áreas de concentración de tropas, depósitos de municiones y aeródromos.

¿Cuál es el enfoque de Washington?

Aunque aún persisten preocupaciones sobre una posible escalada del conflicto, la autorización de los ATACMS sugiere que la administración Biden reconoce que se está entrando en una fase de transición en el conflicto. La posibilidad de que Donald Trump, presidente electo, busque negociar un fin a la guerra podría haber influido en la decisión de dar a Ucrania una ventaja durante esas negociaciones. Además, se considera que permitir a Ucrania atacar a las tropas norcoreanas antes de que lleguen al frente podría equilibrar la ventaja que Rusia ha ganado con el apoyo de Pyongyang, que ha enviado más proyectiles de artillería a Rusia que la Unión Europea a Ucrania.

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¿Qué señales envía esta decisión sobre el estado de la guerra?

Según el análisis de la situación, Ucrania podría tener hasta la próxima temporada de campañas (primavera-verano de 2025) para mantener su posición debido al costo que está teniendo la guerra sobre sus fuerzas. Kyiv enfrenta dificultades para movilizar suficientes tropas y ha tenido que recurrir cada vez más a la conscripción, algo que había intentado evitar.

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Si bien Ucrania no ha agotado todas sus posibilidades, tendrá dificultades para recuperar más territorio controlado por Rusia. La captura de Kursk fue un gran logro, pero fue una jugada arriesgada. Las dificultades en las regiones del este de Ucrania ocupadas por Rusia también son evidentes. La autorización de los ATACMS parece estar relacionada con el esfuerzo de Ucrania por mantener el control de Kursk, que se considera un factor clave en futuras negociaciones de paz.

¿Jugó la victoria de Trump un papel en la decisión de Biden?

Aunque algunos podrían pensar que la victoria de Trump podría haber influido en la autorización de los ATACMS, parece que la decisión fue más una respuesta a la realidad sobre el terreno en Ucrania que una jugada política. La posibilidad de que las negociaciones de paz entre Ucrania y Rusia se acerquen, como lo ha sugerido Trump, podría haber acelerado la decisión, pero en última instancia, la administración Biden parece estar enfocada en dar a Ucrania las herramientas necesarias para asegurar su posición en el conflicto.

Artículo original publicado en The Conversation