¿Qué está pasando en Beirut y por qué hay tantos muertos?

BEIRUT — Los habitantes se enfrentan nuevamente al dolor y la devastación luego de un ataque aéreo israelí que tuvo lugar este 3 de octubre, dejando al menos nueve personas muertas y catorce heridas. El ataque se dirigió a un edificio en el área de Al Bashura, en el centro de la capital libanesa, y marca la segunda ofensiva reciente sobre Beirut en medio de las tensiones crecientes entre Israel y Hezbollah. Las autoridades locales, apoyadas por el Ministerio de Salud del Líbano, están trabajando para identificar a las víctimas a través de pruebas de ADN, ya que los cuerpos quedaron irreconocibles debido a la intensidad del ataque.

El objetivo de este bombardeo fue un centro operado por la Autoridad Islámica de Salud, una organización afiliada a Hezbollah que gestiona servicios médicos en varias áreas del país. Además, el uso de bombas de fósforo en el ataque ha generado indignación, ya que estos dispositivos están prohibidos por la normativa internacional debido al severo daño que causan a los civiles. Las denuncias sobre este tipo de armamento, recogidas por la Agencia Nacional de Noticias de Líbano, añaden un componente aún más polémico al ya complejo conflicto que se desarrolla en la región.

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La situación en Líbano se ha deteriorado en las últimas semanas, con ataques israelíes casi diarios en zonas controladas por Hezbollah en el sur de Beirut, conocidas como Dahye. Solo unos días antes, un bombardeo en el barrio de Cola, también en el sur de la capital, acabó con la vida de tres miembros del Frente Popular para la Liberación de Palestina. La escalada de violencia ha generado temor entre los residentes, muchos de los cuales han comenzado a evacuar sus hogares en medio de las advertencias del ejército israelí, que ha solicitado a los civiles mantenerse alejados de las zonas previstas para nuevos bombardeos.

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En el sur y el noreste del Líbano, los bombardeos israelíes también han tenido consecuencias devastadoras, con al menos 46 personas muertas y 85 heridas en las regiones de Nabatieh, Bekaa y Baalbek. La cifra total de víctimas desde el inicio de las hostilidades el año pasado asciende a casi 2,000 muertos y más de un millón de desplazados, principalmente en las regiones del sur y este del país. La situación humanitaria es alarmante, y las entidades internacionales han solicitado una reducción inmediata de las tensiones para prevenir un aumento en el número de víctimas.

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La reciente intensificación de hostilidades entre Israel y Hezbollah comenzó tras el estallido de la guerra en Gaza en octubre de 2023, y ha alcanzado niveles de violencia no vistos desde 2006. En este contexto, la muerte del líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, en un ataque aéreo israelí a finales de septiembre, ha añadido más combustible al conflicto, incrementando los enfrentamientos y la destrucción en toda la región. La comunidad internacional sigue instando a ambos bandos a parar las hostilidades y regresar a la mesa de negociación, pero hasta el momento, los esfuerzos diplomáticos no han tenido éxito.

A medida que se intensifican los ataques, la población civil sigue siendo la más afectada, atrapada entre las decisiones políticas y los bombardeos. Beirut, una ciudad que ha soportado décadas de conflictos, se enfrenta a un nuevo desafío, donde la incertidumbre y el miedo al futuro inmediato son constantes para sus habitantes. La comunidad internacional observa con preocupación cómo se desarrolla la situación, con la esperanza de que el alto al fuego sea una posibilidad tangible en el corto plazo.

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Con la continuación de los bombardeos y el aumento de las tensiones, la población del Líbano enfrenta un futuro incierto, marcado por la violencia y la desestabilización. Las autoridades han informado que más de 1.200 personas han perdido la vida desde el inicio de las hostilidades, mientras que alrededor de 1,2 millones han sido desplazadas, reflejando el impacto devastador de este conflicto en la sociedad libanesa.