La terrible secta cristiana que quemó vivos a casi 800 seguidores
El Movimiento para la Restauración de los Diez Mandamientos de Dios creía que el fin del mundo llegaría en el año 2000.

KANUNGU, Uganda.- Con la llegada del nuevo milenio, el año 2000, muchas personas se cuestionaban si ello conllevaría algún cambio impactante en sus vidas, como algunas sectas que creían se realizaría el fin del mundo.
Uno de estos grupos fue el Movimiento para la Restauración de los Diez Mandamientos de Dios, fundado en Uganda por Joseph Kibweteere, Credonia Mwerinde y Bee Tait durante los años ochenta.
Su creencia era reforzar el cumplimiento de los diez mandamientos, por lo que los integrantes de este movimiento no solían hablar con lo demás, para evitar decir alguna mentira, recuerdan testigos.
También practicaban un ayuno extremo, comiendo sólo una vez cada lunes y viernes, además de tener prohibidas las relaciones sexuales y el uso de jabón.
Su texto base era “Un mensaje oportuno del cielo: el fin del tiempo presente”, el cual debía ser leído por los nuevos miembros hasta seis veces.
La tragedia
Kibweteere, uno de los fundadores, “predijo” que la Virgen María tendría un papel importante en el fin del mundo, señalando primero al 31 de diciembre de 1999 como el día del “juicio final”.
Más tarde indicaría que sería el 17 de marzo del 2000, idea que fue aceptada ciegamente por sus seguidores.
Al llegar ese día, en una iglesia de la comunidad de Kanungu se realizó una gran fiesta, donde cocinaron tres reses y tomaron cajas de Coca-Cola, de acuerdo con testigos que hablaron con el medio New York Times.
Vecinos de la zona recuerdan el sonido de la explosión. De repente, lo que era una masiva celebración se extinguía entre las llamas. Las puertas y ventanas del lugar fueron tapiados, por lo que nadie pudo salir.
Las primeras indagaciones opinaban que se trató de un suicidio colectivo, donde se habrían rociado con gasolina y se prendieron fuego hasta morir carbonizados. Según, para poder “alcanzar la salvación” de la Virgen María, quien aparecería en dicha fecha.
Se sabe que algunos miembros del movimiento se prepararon días antes, al vender sus propiedades y despedirse de familiares, según el medio ABC.
Cifras e indagaciones
Los primeros números indicaban que fueron unos 230 muertos en el “suicidio colectivo” de Kanungu. Después inflaron esta cifra a arriba de mil. Al final, se contó un total de 778 fallecidos, incluidos alrededor de 80 menores de edad.
Sin contar a otros cadáveres que la policía encontró en terrenos de la zona con relación o que habían pertenecido a Kibweteere, que fallecieron en la víspera del 17 de marzo.
Lo más relevante de las indagaciones de las autoridades es descubrir que no se trató de un suicidio colectivo, si no de un genocidio planeado por los líderes de la secta.
Esto, tras descubrir que las víctimas del fuego de Kanungu habían sido envenenadas, de acuerdo con lo publicado el 28 de julio del 2000 en el New York Times.
Por ello, se cree que Kibweteere y compañía temían sobre la falsedad de sus “predicciones”, tras fallar en su predicción del fin del mundo a finales de 1999, por lo que se quitaron la vida junto a los demás centenares de integrantes de su grupo meses después.
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