Ferrero negocia compra de WK Kellogg por hasta 3 mil millones de dólares

Ciudad de México.— El grupo alimentario italiano Ferrero, dueño de marcas como Kinder, Ferrero Rocher y Nutella, se encuentra en negociaciones avanzadas para adquirir la empresa estadounidense WK Kellogg, fabricante de cereales para el desayuno, por una suma de hasta 3 mil millones de dólares, informaron Financial Times y The Wall Street Journal.

La operación —que podría anunciarse esta misma semana— valoraría a la compañía con sede en Battle Creek, Michigan, con una prima significativa respecto a su actual valor de mercado, estimado en 1,500 millones de dólares, según fuentes cercanas al proceso.

WK Kellogg fue escindida de su matriz original, Kellogg Company, en 2023, cuando esta última cambió su nombre a Kellanova y conservó marcas de snacks como Pringles. Desde entonces, WK Kellogg ha operado como una empresa independiente enfocada en cereales, pero su desempeño ha sido decepcionante:

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• Las ventas netas orgánicas cayeron 5.6% interanual en el primer trimestre de 2025.
• Su beneficio neto se desplomó 45.5%, hasta los 18 millones de dólares.
• Presenta una deuda neta de 569 millones de dólares.

El principal accionista de la empresa es la Fundación WK Kellogg, que posee aproximadamente 16% de las acciones en circulación.

Estrategia de expansión

Ferrero, por su parte, continúa su estrategia de expansión internacional. Fundada en 1946 por Pietro Ferrero, la compañía sigue en manos de la familia y es actualmente presidida por su nieto, Giovanni Ferrero. En los últimos años, Ferrero ha realizado adquisiciones clave en el sector alimentario global, y con esta nueva operación busca reforzar su presencia en el mercado estadounidense de alimentos para el desayuno.

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A pesar del avance de las negociaciones, las fuentes señalan que aún no hay garantía de que el acuerdo se concrete. La posible compra ocurre mientras Mars —otro gigante alimentario— también busca cerrar la compra de Kellanova, matriz de WK Kellogg, en una operación valorada en 36 mil millones de dólares, actualmente bajo escrutinio de reguladores europeos por posibles implicaciones antimonopolio.