Carlos Slim toma control del mayor yacimiento petrolero en México

Talos Energy, una pequeña petrolera estadounidense, llegó a México en 2015 con grandes expectativas. Después de ganar dos licitaciones en las rondas petroleras que se abrieron tras la reforma energética de 2013, Talos encontró un tesoro inesperado: el yacimiento de petróleo Zama, el mayor descubrimiento en México en décadas.

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¿Cómo fue el crecimiento de Zama?

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Las expectativas del campo Zama

Zama se convirtió rápidamente en una joya dentro del portafolio de Talos Energy. Tim Duncan, CEO de la compañía hasta agosto de este año, destacó en varias entrevistas la importancia del campo para el desarrollo futuro de la empresa.

Zama es la base para que nos desarrollemos por décadas”

—  afirmó Duncan

Sin embargo, Zama se encuentra en una ubicación problemática: justo en la frontera de un área de propiedad de la estatal Pemex.

Aunque Talos lideró el descubrimiento, la proximidad del campo con las concesiones de Pemex generó un conflicto de intereses que puso en jaque las expectativas de la petrolera estadounidense.

¿Cuál es el problema entre las compañías?

El conflicto con Pemex

Las diferencias entre las dos partes se agudizaron cuando estudios separados mostraron resultados contradictorios. Por un lado, Pemex afirmaba que el 50.4% de las reservas de Zama estaban en su territorio, mientras que Talos aseguraba que el 59.6% se encontraba en su área.

A pesar de los estudios, la Secretaría de Energía de México tomó la decisión de que Pemex sería el operador del campo.

Este movimiento fue duramente criticado por Talos y algunos analistas del mercado. Duncan declaró que el problema no era el resultado, sino el proceso que llevó a esa decisión. El conflicto llevó a Talos a enviar un aviso de disputa al gobierno mexicano, el paso previo a un arbitraje internacional.

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¿Cuál fue el desenlace de la disputa?

La pérdida de la operación

A pesar de sus esfuerzos, Talos no pudo mantener el control operativo del yacimiento. Sus socios en el proyecto, Harbour Energy y Wintershall Dea, optaron por no apoyar la disputa legal de Talos, temiendo conflictos con el gobierno mexicano.

Según una fuente cercana a la situación, las otras empresas prefirieron aceptar las condiciones impuestas por México para garantizar que la inversión en Zama siguiera adelante.

Al final, Talos llegó a un acuerdo en el que, aunque no sería el operador del campo, seguiría participando financieramente en el proyecto. Aunque este suceso se describió como el principio del final de la empresa.

La llegada de Carlos Slim al proyecto

La retirada y la entrada de Slim

Con el tiempo, Talos comenzó a reducir sus operaciones en México. En paralelo, el magnate Carlos Slim y su conglomerado, Grupo Carso, pusieron la mira en la compañía.

En un movimiento estratégico, Slim adquirió cerca del 50% de la participación de Talos en Zama y compró el 23.8% de las acciones globales de la empresa. Con esta inversión, Grupo Carso se convirtió en el mayor accionista de Talos, superando a grandes fondos de inversión como Blackrock.

Para Talos, el futuro ya no está en México, sino en el Golfo de México del lado estadounidense, donde recientemente anunció el descubrimiento de un nuevo activo de gas y petróleo.

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¿Qué sigue para la “joya petrolera”?

El futuro de Zama

A medida que Grupo Carso aumenta su participación en el sector energético, queda por ver cómo se desarrollarán los próximos pasos tanto para Pemex como para Talos en el campo de Zama.