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Repartidor de Rappi tira la comida de los clientes frente a su puerta, pero su reacción termina conmoviendo

La historia del repartidor no solo arrancó lágrimas, sino que también dejó una valiosa lección: a veces, un pequeño gesto puede cambiarle el día —y la fe— a alguien más.

Repartidor de Rappi tira la comida de los clientes frente a su puerta, pero su reacción termina conmoviendo

MÉXICO-. Un video viral ha conmovido profundamente a los usuarios en redes sociales, al mostrar un gesto de empatía y comprensión que muchos calificaron como “un recordatorio de humanidad”.

En las imágenes, se observa a un repartidor de pizza trabajando bajo la lluvia. Mojado y visiblemente cansado, el joven llega finalmente al domicilio del pedido, pero justo al llegar a la puerta, una mala pisada sobre el pavimento resbaloso cambia todo.

Pierde el equilibrio, cae al suelo junto con la caja y la pizza termina abierta, con varios pedazos desparramados en el piso.

El joven, abrumado por la situación, se arrodilla frente a la caja, con los ojos vidriosos, repitiendo:

Perdón, perdón”, sin poder ocultar su frustración.

Un gesto que tocó miles de corazones

Lo que pudo haber sido una escena incómoda, se transformó en una muestra de empatía cuando la mujer que había hecho el pedido salió y le dijo con voz tranquila:

“No llores, amigo. Esa la pago yo. Que tengas un gran día.”

El repartidor, sorprendido y conmovido, la miró con esperanza y respondió:

“Gracias, de verdad gracias... pensé en renunciar.”

El momento, grabado por cámaras de seguridad y compartido en redes, se volvió rápidamente viral. Miles de usuarios destacaron el acto de bondad de la clienta, resaltando la importancia de la empatía hacia quienes trabajan en condiciones difíciles.

Las reacciones del público

Entre los comentarios más compartidos se leen mensajes como:

Es tan bueno ser buena persona, se gana el cielo.”,“Dios mío, ojalá todos fuéramos así de empáticos.”,y “Muchas bendiciones para los que entienden que apoyar a los demás es tener a Dios en casa.”.

La historia del repartidor no solo arrancó lágrimas, sino que también dejó una valiosa lección: a veces, un pequeño gesto puede cambiarle el día —y la fe— a alguien más.

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