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Tu refrigerador habla de ti (y no, los imanes no lo dañan)

Viajes, notas y mitos desmontados en la puerta de tu cocina

Tu refrigerador habla de ti (y no, los imanes no lo dañan)

Quizá nunca lo hayas notado, o sí, pero el refrigerador funciona como una especie de Instagram de la intimidad. Ahí colocamos fotos, recuerdos de viajes en forma de imanes, menús de restaurantes, tarjetas de negocios e incluso los datos del veterinario. En esa superficie metálica contamos una parte de nuestra historia.

Pero surge la pregunta: ¿estos imanes le hacen bien o mal al refrigerador? A simple vista, tendría sentido preocuparse: un electrodoméstico de metal, que trabaja cientos de ciclos diarios para conservar los alimentos, cubierto de pequeños objetos magnéticos.

¿Aliados o enemigos del refrigerador?

Para empezar, conviene recordar que las puertas de los refrigeradores ya tienen imanes incorporados. Están presentes en el interior de las gomas que rodean la puerta y permiten que se cierre herméticamente, conservando la comida fresca por más tiempo.

Además, los imanes se adhieren a la puerta porque la mayoría están hechas de acero, un material ferromagnético. Por eso, no todos los refrigeradores de acero inoxidable permiten pegar adornos: depende de la composición del acero.

Los mitos más comunes

Existen dos grandes creencias alrededor de los imanes de refrigerador:

  • Acortan la vida útil del electrodoméstico.

Se dice que con el tiempo la puerta puede colgarse por el peso de tantos imanes. Sin embargo, fabricantes como Bosch aseguran que sería necesario colocar una gran cantidad de ellos para generar un daño real.

  • Aumentan el consumo eléctrico.

Otro mito sostiene que los imanes hacen que el refrigerador gaste más energía. En realidad, empresas como First4Magnets aclaran que esto no tiene sentido: los imanes no consumen electricidad ni obligan al compresor a trabajar más.

Incluso compañías como Edesa remarcan que la influencia de estos adornos es tan mínima que no atraviesan la estructura del aparato.

Lo que realmente importa

En conclusión, los imanes en el refrigerador no representan un problema. No incrementan la factura de luz ni afectan de forma significativa su funcionamiento. Lo único a considerar es el peso acumulado: si llenas la puerta con cientos de ellos, sí podría afectar el cierre y comprometer la conservación de tus alimentos.

Así que no hay de qué preocuparse: puedes seguir decorando tu refrigerador con recuerdos de viajes, notas y fotos, y dejar que siga siendo ese diario magnético que cuenta tu historia.

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