La ciencia explica que reventar burbujas de plástico genera una reacción en el cerebro humano
Acciones como reventar burbujas de plástico, girar un bolígrafo o jugar con el cabello forman parte del fidgeting, una conducta que ayuda al cerebro a autorregularse, reducir el estrés y mejorar la concentración.

CIUDAD DE MÉXICO.- Apretar burbujas de plástico, girar un bolígrafo sin parar o jugar con el cabello no son simples distracciones sin sentido. Estos comportamientos repetitivos, conocidos como fidgeting, tienen una función biológica relacionada con la autorregulación emocional y la concentración mental. Aunque muchas veces se consideran hábitos molestos o señales de nerviosismo, en realidad pueden ser estrategias naturales del cuerpo para mantenerse equilibrado.
Mucho más que una simple manía
La doctora en biomedicina y divulgadora científica Teresa Arnandis, conocida en redes como @ladyscience, explicó que el cerebro busca estímulos repetitivos para calmarse o concentrarse. Estos pequeños movimientos o juegos sensoriales no son al azar: el cerebro los utiliza para mantenerse enfocado, especialmente en situaciones de estrés o cuando hay una gran demanda cognitiva.
Un claro ejemplo es la acción de reventar plástico de burbujas, que combina la presión táctil, un sonido nítido y una gratificación inmediata. Esta combinación estimula áreas cerebrales relacionadas con el placer y la regulación del estrés. Incluso existen terapias en realidad virtual que imitan esta sensación para personas con movilidad reducida, como parte de tratamientos para mejorar el manejo emocional.
Regulación emocional y concentración
Los especialistas coinciden en que este tipo de actividades táctiles y auditivas ayudan al cerebro a relajarse y a mejorar el enfoque. De acuerdo con un estudio desarrollado por la Universidad de Auckland y el Instituto Matai, en Nueva Zelanda, manipular objetos pequeños o mover las manos con frecuencia puede mejorar el flujo sanguíneo en la corteza prefrontal, una región clave para la atención y la toma de decisiones.
Aunque la investigación se centró en personas con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), también se observaron beneficios en adultos sin ningún diagnóstico previo. Esto sugiere que el fidgeting es una herramienta natural que el cerebro usa para mantenerse atento y organizado, no solo en quienes tienen una condición médica.
Estos hallazgos apoyan la idea de que estas acciones repetitivas no deben ser vistas como distracciones inútiles, sino como mecanismos útiles para enfrentar la presión, mejorar la productividad y reducir el estrés. En lugar de reprimirlas, podría ser más efectivo incorporarlas como parte de una rutina de autorregulación personal.
De lo terapéutico a lo cotidiano
Otra investigación, dirigida por el psicólogo KM Dillon y publicada en el portal especializado PubMed, se enfocó en los beneficios emocionales de reventar burbujas de plástico. Los participantes, principalmente estudiantes universitarios, reportaron sentirse menos estresados, con más energía y mejor estado de ánimo después de realizar esta sencilla actividad sensorial.
Una de las ventajas de estas prácticas es que no requieren entrenamiento, equipo especial ni un entorno específico. A diferencia de otras técnicas de relajación, como la meditación guiada o el yoga, el fidgeting puede realizarse en cualquier momento del día, incluso en la oficina o el transporte público. Además, es una herramienta útil para personas con ansiedad o necesidades emocionales específicas.
Para quienes prefieren evitar el uso de plástico, existen alternativas como los juguetes Pop It, que replican la experiencia de apretar y soltar sin generar desechos. Estos objetos están diseñados tanto para niños desde los tres años como para adultos, y son ampliamente recomendados por terapeutas como una forma segura y eficaz de canalizar el estrés diario.
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