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El cambio climático podría hacer más común la apnea del sueño hacia el año 2100, según un estudio

Las noches más cálidas aumentan en un 45 % la probabilidad de sufrir este trastorno, que afecta la respiración durante el descanso y está vinculado a enfermedades graves.

El cambio climático podría hacer más común la apnea del sueño hacia el año 2100, según un estudio

CIUDAD DE MÉXICO.- La apnea obstructiva del sueño (AOS) es el trastorno respiratorio más frecuente relacionado con el sueño. Ocurre cuando los músculos de la garganta se relajan y bloquean las vías respiratorias de forma intermitente mientras se duerme. Esta interrupción constante de la respiración suele ir acompañada de ronquidos fuertes, lo que a menudo permite que quienes comparten el dormitorio detecten el problema antes que el propio paciente.

Una condición más común de lo que parece

Aunque existen distintos tipos de apnea del sueño, la obstructiva es la más común y suele pasar desapercibida. Según expertos, muchas personas desconocen que la padecen, y solo la intervención de convivientes o la realización de estudios del sueño permite un diagnóstico oportuno. El ronquido habitual, sobre todo si se presenta más de tres veces por semana y se interrumpe con silencios, puede ser una señal de alerta.

En los últimos años, el calentamiento global se ha sumado a los factores de riesgo de esta condición. Un estudio publicado en Nature Communications y liderado por investigadores de la Universidad de Flinders, en Australia, revela que las temperaturas nocturnas más cálidas aumentan en un 45% la probabilidad de sufrir AOS, lo cual podría duplicar la carga global de esta enfermedad para el año 2100.

El impacto del calor en la salud del sueño

El análisis incluyó datos de más de 116 mil personas de distintas regiones del mundo, recolectados con un sensor colocado bajo el colchón que registró hasta 500 noches de sueño por usuario. Estos datos se cruzaron con modelos climáticos para identificar cómo las temperaturas ambiente afectan la calidad del sueño y la gravedad de la apnea obstructiva.

Uno de los hallazgos más relevantes fue que las noches más cálidas no solo aumentan la probabilidad de padecer AOS, sino también su severidad. Esto afecta actualmente a casi mil millones de personas en todo el mundo. Además, los investigadores encontraron diferencias regionales: en Europa, donde el uso de aire acondicionado es más limitado, los efectos fueron más marcados que en Estados Unidos o Australia.

Según el doctor Bastien Lechat, autor principal del estudio, estos resultados evidencian cómo los factores ambientales, como el clima, tienen un impacto directo sobre la salud humana. Además, destacó que la relación entre temperatura y gravedad de la AOS fue más fuerte de lo que esperaban inicialmente.

Riesgos a la salud y la economía

Más allá de la interrupción del sueño, la apnea obstructiva del sueño está relacionada con problemas de salud graves, como demencia, enfermedad de Parkinson, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, ansiedad, depresión e incluso accidentes de tráfico. A largo plazo, también incrementa el riesgo de muerte prematura, según datos de Johns Hopkins Medicine.

Desde el punto de vista económico, los trastornos del sueño ya representan una carga significativa. En Australia, por ejemplo, se estima que el costo anual asciende a 66 mil millones de dólares australianos. El estudio liderado por la Universidad de Flinders calculó que solo en 2023, el impacto del aumento de la AOS vinculado al cambio climático representó una pérdida de 800 mil años de vida saludable en los países analizados.

Ese mismo año, los costos globales asociados a la AOS alcanzaron los 98 mil millones de dólares estadounidenses, de los cuales 68 mil millones se atribuyeron a la pérdida de bienestar y 30 mil millones a la reducción en productividad laboral. Esto coloca a la apnea obstructiva al nivel de enfermedades crónicas como el Parkinson o la insuficiencia renal.

Llamado a la acción y prevención

El equipo investigador subrayó que si no se toman medidas urgentes para frenar el calentamiento global, la carga de este trastorno podría duplicarse para finales de siglo. Además, señalaron que sus estimaciones podrían estar subvaloradas, ya que el estudio se centró principalmente en poblaciones con acceso a ambientes con aire acondicionado, lo que no representa la realidad de muchas regiones del mundo.

El profesor Danny Eckert, uno de los autores del estudio, destacó la necesidad de mejorar las estrategias de diagnóstico y tratamiento para esta condición, así como de desarrollar intervenciones que reduzcan los efectos del calor en la salud del sueño. Esto incluye desde políticas públicas para enfrentar el cambio climático hasta acciones individuales para mantener habitaciones frescas durante la noche.

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Finalmente, los investigadores planean realizar nuevos estudios que analicen cómo influye el aumento de temperatura sobre el organismo durante el sueño y qué medidas pueden ayudar a mitigar sus efectos. El objetivo es encontrar soluciones que permitan a las personas dormir mejor y cuidar su salud en un mundo cada vez más cálido.

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