¿Por qué el sistema respiratorio infantil es más vulnerable durante el invierno?

CIUDAD DE MÉXICO.- Durante la temporada de frío, el sistema respiratorio de los niños se vuelve especialmente propenso a infecciones virales. El descenso de temperatura provoca que la mucosa respiratoria se seque, afectando su función protectora natural. Esta situación facilita el ingreso de virus que causan enfermedades como el resfriado común.

Un aspecto clave es el funcionamiento de las cilias, unas estructuras microscópicas ubicadas en el revestimiento nasal que ayudan a eliminar el moco. Con el frío, su movimiento se vuelve más lento, lo que reduce la eficacia del “clearance mucociliar”, el mecanismo encargado de limpiar las vías respiratorias. Esta ralentización aumenta el riesgo de que virus y otros agentes permanezcan en la nariz y se propaguen con más facilidad.

Más de 200 virus pueden causar un resfriado, pero los rinovirus son los más frecuentes. Estos virus se transmiten fácilmente por el aire y por contacto con objetos contaminados. Las llamadas “gotitas de Flugge”, que se expulsan al toser, estornudar o hablar, pueden depositarse en superficies como picaportes, teclados y mesas. Si alguien toca estas superficies y luego se lleva las manos a la cara, se produce el contagio.

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Síntomas, duración y tratamiento adecuado

Los síntomas de un resfriado incluyen estornudos, nariz tapada, secreción nasal, dolor de garganta, tos y dolor de cabeza. Generalmente, estos aparecen entre uno y tres días después del contagio y suelen durar alrededor de una semana. Aunque pueden resultar molestos, en la mayoría de los casos los síntomas desaparecen por sí solos sin necesidad de tratamientos complejos.

Durante el proceso, se recomienda descansar, tomar abundante líquido, mantener una dieta liviana y utilizar humidificadores o vaporizadores de vapor frío para aliviar la congestión. También pueden ser útiles las gárgaras con agua fría para calmar la garganta y el uso de soluciones salinas o antivirales tópicos.

Es importante evitar la automedicación, especialmente en niños y adolescentes. Algunos medicamentos para el resfriado contienen efedrina o pseudoefedrina, sustancias no recomendadas para menores. Además, muchos de estos productos incluyen analgésicos, lo que aumenta el riesgo de sobredosis si se combinan con otros fármacos similares.

Evitar los antibióticos y seguir medidas preventivas

Un punto fundamental a tener en cuenta es que los antibióticos no son efectivos contra virus. Su uso está indicado exclusivamente para infecciones bacterianas. Emplearlos en casos de resfriado no solo es inútil, sino que también puede generar efectos adversos y contribuir a la resistencia bacteriana. Como dice el refrán médico: “Un resfriado se cura con antibióticos en una semana y sin ellos, también”.

Para reducir la posibilidad de contagio, se aconseja lavarse las manos con frecuencia durante al menos 20 segundos con agua y jabón, evitar tocarse la cara sin haberse lavado las manos, y no compartir utensilios, vasos ni tazas con personas enfermas. También es útil limpiar y desinfectar las superficies de uso frecuente.

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Finalmente, cubrirse al toser o estornudar usando el pliegue del codo o pañuelos desechables es otra forma de evitar la propagación del virus. En caso de presentar síntomas, lo mejor es quedarse en casa y consultar al médico en lugar de automedicarse. Con información clara y medidas sencillas, es posible cuidar mejor la salud respiratoria de los más pequeños durante el invierno.