Estrés y presión arterial: ¿riesgo real para el corazón?

CIUDAD DE MÉXICO.- Las exigencias de la vida diaria, los pendientes acumulados y la ansiedad por llegar a todo pueden dejar huellas físicas: palpitaciones, opresión en el pecho o contracturas musculares. Aunque estos síntomas suelen vincularse con el estrés o los nervios, muchas personas se preguntan si también pueden esconder un problema cardiovascular.

Cuando la emoción se manifiesta en el cuerpo

De acuerdo con el doctor Sergio Baratta, jefe de Cardiología del Hospital Universitario Austral, el estrés agudo puede provocar un aumento transitorio de la presión arterial, y si esa tensión se mantiene en el tiempo, podría derivar en hipertensión. Por su parte, la doctora María Bárbara Nigro, especialista en hipertensión, señala que lo que se conoce popularmente como “presión nerviosa” no es una enfermedad en sí, sino una reacción normal del cuerpo ante una situación estresante.

Esta respuesta fisiológica se debe a la liberación de hormonas como el cortisol y la adrenalina, que elevan la frecuencia cardíaca y contraen los vasos sanguíneos. Así, la presión sube temporalmente, pero vuelve a la normalidad una vez que se supera el episodio de estrés.

Lo Curioso | Noticias de México | EL IMPARCIAL

Nuevos estudios descubren vínculo con la insuficiencia cardíaca y la pérdida de la audición

No es un mito, pero tampoco una enfermedad crónica

Aunque muchos pacientes refieren tener “presión nerviosa”, los especialistas insisten en que no se trata de un diagnóstico reconocido. Según el doctor Daniel López Rosetti, no existe ningún respaldo científico para esa denominación. Sin embargo, es real que situaciones intensas como un accidente, una discusión fuerte o un evento deportivo pueden generar aumentos breves en la presión arterial.

El problema, advierten los expertos, surge cuando esos picos son frecuentes o prolongados. La ansiedad constante y la falta de herramientas para gestionar el estrés pueden aumentar el riesgo de desarrollar hipertensión crónica o incluso provocar eventos como infartos, accidentes cerebrovasculares (ACV) o muerte súbita, sobre todo en personas con antecedentes cardíacos.

Factores como el tabaquismo, el consumo de alcohol, el sedentarismo y algunas medicaciones también influyen. De hecho, la doctora Nigro destaca que varios fármacos de uso común —como ansiolíticos, antidepresivos o jarabes para la tos— pueden elevar la presión sin que el paciente lo sepa.

Cómo prevenir desde el manejo emocional

El doctor Baratta resalta que el estrés es una respuesta natural del cuerpo, pero que cuando se vuelve crónico o intenso puede dañar el sistema cardiovascular. En especial, los episodios de ira o ansiedad sostenida son factores de riesgo. Por eso, trabajar en el manejo emocional resulta clave.

Técnicas como el mindfulness, la terapia cognitivo-conductual, la meditación, la respiración profunda o incluso actividades como escuchar música y bailar pueden ayudar a reducir la presión arterial. La relajación muscular también es efectiva para liberar tensiones físicas que, si se acumulan, pueden causar malestar.

Además, se ha demostrado que el ejercicio físico regular libera endorfinas que disminuyen la ansiedad y mejoran el estado de ánimo. Esta sensación de bienestar contribuye directamente al control de la presión arterial, según coinciden los especialistas.

Tres pilares para proteger el corazón

Según la doctora Nigro, cuidar la salud cardiovascular implica atender tres pilares fundamentales. El primero es mantener una alimentación equilibrada, rica en frutas, vegetales, fibras y con bajo contenido de sal y grasas saturadas. Esto ayuda a mantener la presión dentro de rangos saludables.

El segundo pilar es aprender a gestionar el estrés. La relajación, la meditación y la actividad física son herramientas útiles para disminuir la tensión emocional. Se recomienda al menos 150 minutos de ejercicio por semana para notar beneficios reales.

Y el tercer aspecto es el apoyo social. Hablar con amigos, familiares o un profesional de la salud puede ser tan importante como cualquier tratamiento. Además, los especialistas insisten en que toda persona, ante cualquier control médico, debería aprovechar para medirse la presión: es un gesto sencillo que puede salvar vidas.

Lo Curioso | Noticias de México | EL IMPARCIAL

Nuevos estudios descubren vínculo con la insuficiencia cardíaca y la pérdida de la audición

Cómo medirse bien la presión en casa

Medirse la presión arterial de forma correcta en casa es fundamental. El doctor Baratta aconseja usar tensiómetros automáticos validados, ya que requieren menos mantenimiento. En cambio, los aparatos manuales —el clásico con relojito— deben calibrarse cada seis meses.

Es clave usar el tamaño adecuado de manguito, colocarlo dos centímetros por encima del codo y medir sobre la piel, nunca sobre la ropa. Antes de hacerlo, se debe descansar entre 3 y 5 minutos, evitar cafeína, alcohol o ejercicio intenso, y mantener una postura relajada y sin cruzar las piernas.

Para asegurar resultados precisos, se deben tomar dos mediciones consecutivas. Si hay diferencia de más de 10 mm Hg en la presión máxima, se recomienda una tercera y promediar las últimas dos. En casa, los valores ideales deben ser inferiores a 135/85 mm Hg. Si los resultados son constantemente superiores, lo mejor es acudir al médico.

Pequeñas acciones, gran impacto

En resumen, el estrés puede influir en la presión arterial, pero no debe confundirse con una enfermedad crónica si es un episodio aislado. La clave está en detectar a tiempo cuándo una reacción emocional se vuelve una amenaza para la salud.

También podría interesarte: Alerta por hipertensión en jóvenes: más de un tercio la padece sin saberlo, advierten especialistas

Adoptar hábitos saludables, controlar la presión con regularidad y buscar apoyo emocional son pasos concretos que pueden marcar la diferencia. Porque cuidar el corazón no solo es cosa de médicos: es una tarea diaria que empieza con pequeñas decisiones.