¿Y si el internet desapareciera por 24 horas? Esto es lo que pasaría en el mundo real

¿Imaginas despertar y que no funcione ni WhatsApp, ni la app del banco, ni Instagram, ni tu trabajo remoto? No es ciencia ficción: si el internet se cayera en todo el mundo durante 24 horas, el impacto sería inmediato y caótico.

Aunque no sería el fin del mundo, el golpe al sistema sería fuerte. Estas son algunas cosas que literalmente dejarían de funcionar si nos quedamos sin conexión global por un día:

Bancos fuera de servicio

Transferencias, pagos con tarjeta, banca móvil y cajeros automáticos se paralizarían. Sin internet, muchas operaciones no podrían procesarse. Las bolsas de valores también entrarían en pausa o en caída libre.

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Empresas en pausa

Desde oficinas hasta negocios pequeños, la mayoría depende de plataformas en la nube como Google Drive, Zoom o correos electrónicos. La comunicación interna se congelaría. En muchos lugares, no podrían ni emitir facturas.

📱Redes sociales y mensajería muertas

Adiós WhatsApp, TikTok, Instagram, X. La gente tendría que volver a los mensajes de texto y llamadas tradicionales. Las redes, convertidas en una especie de “aire social”, colapsarían dejando a millones desconectados.

Retrasos en entregas

Tiendas en línea, repartos de comida, compras por apps, todo quedaría detenido. La logística global se vería afectada sin rastreo en tiempo real. Muchos negocios no podrían entregar pedidos.

Hospitales bajo presión

Los historiales clínicos digitales, recetas electrónicas y monitoreos remotos quedarían inaccesibles. Aunque hay protocolos de emergencia, los servicios serían más lentos y con riesgo de errores.

Noticias congeladas

Los medios digitales no podrían actualizar sus portales ni redes. Solo quedarían funcionando la radio y la televisión tradicional. La información se movería a la vieja usanza.

Caos y ansiedad social

Millones entrarían en crisis al no poder comunicarse ni saber qué ocurre. Algunos volverían al periódico, al radio o simplemente a preguntarle al vecino. Otros aprovecharían para reconectarse con el mundo físico… o entrar en pánico.

¿Y después de las 24 horas?

La recuperación sería gradual. Empresas perderían millones. Se abriría un debate global sobre la dependencia digital y los planes de emergencia que, claramente, no todos tienen.

Un día sin internet no solo sería incómodo: pondría a prueba al mundo moderno en todos sus niveles.