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¿Es posible volverse adicto al bálsamo labial? Una costumbre común que podría estar dañando tus labios

Usar bálsamo labial en exceso no genera una adicción química, pero sí puede crear un hábito difícil de romper.

¿Es posible volverse adicto al bálsamo labial? Una costumbre común que podría estar dañando tus labios

CIUDAD DE MÉXICO.- Aplicarse bálsamo labial varias veces al día puede parecer inofensivo, pero para muchas personas se convierte en una rutina que afecta su bienestar diario. Tal es el caso de Milly, una joven de 28 años que admitió al New York Post usar su bálsamo al menos diez veces al día. Aunque pueda sonar exagerado, este comportamiento no es raro. Según explica el Dr. Zac Turner, aunque el bálsamo en sí no es químicamente adictivo, el hábito de aplicarlo constantemente sí puede formar un ciclo difícil de romper.

Una conducta más común de lo que parece

El problema radica en lo que se conoce como un “bucle de comportamiento”. Los labios se sienten secos, se aplica bálsamo, se siente alivio inmediato… pero poco después, vuelve la sensación de sequedad. Así comienza un círculo repetitivo que no resuelve el problema de fondo. Esto sucede, en parte, porque los labios carecen de glándulas sebáceas y no pueden producir su propia hidratación, por lo que dependen por completo de cuidados externos.

Además, los labios están expuestos a muchos factores irritantes: el viento, el sol, los alimentos picantes, el aire acondicionado, entre otros. Esta vulnerabilidad hace que se resequen con facilidad y que, en muchos casos, el bálsamo parezca una solución inmediata y necesaria.

Cuando el bálsamo no ayuda, sino todo lo contrario

Sin embargo, no todos los bálsamos labiales son beneficiosos. Algunos productos pueden causar lo que se conoce como “sequedad de rebote”. Es decir, dan una sensación momentánea de alivio, pero con el tiempo resecan más los labios. Ingredientes como mentol, alcanfor, fenol, fragancias y ácidos como el salicílico pueden generar irritación o incluso reacciones alérgicas.

Incluso sustancias aparentemente inofensivas como la vaselina pueden resultar poco efectivas si se usan solas. Aunque ayudan a retener la humedad, si los labios ya están agrietados o escamosos, lo único que hacen es mantener ese daño en su lugar. Por eso, más que solo proteger, un buen bálsamo también debe hidratar y reparar.

Los expertos recomiendan revisar bien los ingredientes del producto. Los bálsamos que contienen ceramidas, manteca de karité, lanolina, cera de abejas, glicerina o ácido hialurónico son más seguros y eficaces. Además, es importante que incluyan protección solar, ya que los labios también pueden quemarse por el sol, algo que muchas personas olvidan.

Alternativas para romper el ciclo de dependencia

Algunas personas optan por dejar el bálsamo de golpe durante 48 horas, como una especie de “desintoxicación”. Esta técnica puede ser útil si los labios no están muy dañados, pero no es recomendable si hay heridas o descamación severa, ya que podría empeorar la condición e incluso causar infecciones.

Una estrategia más suave consiste en cambiar a un bálsamo sin fragancias y con ingredientes reparadores, y reducir la frecuencia de uso a unas pocas veces al día: después de las comidas y antes de dormir, por ejemplo. También es clave mantenerse hidratado, ya que la deshidratación suele reflejarse primero en los labios.

Si a pesar de estos cuidados los labios no mejoran, lo ideal es consultar con un médico. Algunas personas podrían tener que lidiar con una condición llamada queilitis, una inflamación de los labios que puede ser causada por alergias, hongos, bacterias o incluso por el hábito de lamerse los labios constantemente.

Cuidar sin exagerar: la clave del equilibrio

En conclusión, el objetivo no es eliminar el uso del bálsamo labial, sino aprender a utilizarlo con moderación y de forma inteligente. Abusar de él puede alterar la barrera natural de la piel de los labios y generar dependencia, mientras que no usarlo en absoluto también puede derivar en daño, molestias e incluso riesgo de infecciones.

El cuidado de los labios debe formar parte de una rutina equilibrada, similar al cuidado facial o corporal. Elegir el producto correcto y aplicarlo con mesura es fundamental para mantener los labios sanos, suaves y protegidos.

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Así que, como recomienda el Dr. Turner, no es necesario tirar tu bálsamo a la basura. Solo asegúrate de que sea el adecuado y úsalo como una herramienta de cuidado, no como un salvavidas constante. Tus labios te lo agradecerán.

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