¿Te atreverías a probar los Siete Platos Magros y los Trece Postres de la Navidad Francesa?

La Navidad en el sur de Francia es una festividad impregnada de historia y significado, donde la comida desempeña un papel protagónico. Entre las costumbres más entrañables se encuentran los Siete Platos Magros y los Trece Postres, tradiciones culinarias que mezclan simbolismo religioso, convivencia familiar y una explosión de sabores.

Origen y significado de los Siete Platos Magros

La tradición de los Siete Platos Magros, conocida como Gros Souper, se remonta a la Edad Media. Este menú especial se sirve durante la cena de Nochebuena y, como su nombre indica, está completamente libre de carne, reflejando un acto de sobriedad y preparación espiritual antes de la llegada de la Navidad.

Los platos magros incluyen una variedad de opciones a base de verduras, pescados y cereales, preparados de manera sencilla pero sabrosa. Cada platillo se coloca en el centro de la mesa para que los comensales puedan compartir y disfrutar en armonía. Esta cena tiene lugar después de la tradicional misa de Nochebuena, convirtiéndose en un momento de unión familiar.

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Los Trece Postres y su simbolismo

Una vez terminada la cena, llega el turno del dulce. Los Trece Postres son una parte esencial de esta tradición y representan a los doce apóstoles junto con Jesús. Cada uno de estos postres posee un significado simbólico y se cree que su consumo trae prosperidad y buena suerte para el año venidero.

La selección de postres varía según la región, pero las opciones clásicas incluyen:

• Frutas frescas y secas
• Turrón
• Membrillo
• Galletas
• Pompes à l’huile (un pan dulce típico elaborado con aceite de oliva)

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Estos dulces se presentan con esmero en una gran mesa adornada con velas y mantelería festiva, creando un ambiente cálido y acogedor. Según la tradición, los postres deben permanecer en la mesa durante tres días, lo cual es posible gracias a las bajas temperaturas del invierno.

Con información de Gourmet de México.