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¿Por qué olvidamos los nombres? La neurociencia tiene la respuesta

Según el neurocientífico Charan Ranganath, el cerebro procesa 34 gigabytes de información diaria y prioriza los datos más relevantes, dejando fuera los nombres, que son abstractos y carecen de contexto visual.

¿Por qué olvidamos los nombres? La neurociencia tiene la respuesta

CIUDAD DE MÉXICO.- Olvidar el nombre de una persona justo después de conocerla es una situación común que puede generar momentos incómodos. Sin embargo, este fenómeno no es un reflejo de desinterés, sino el resultado de la forma en que funciona la memoria humana, según el neurocientífico Charan Ranganath, de la Universidad de California en Davis. Ranganath señala que el cerebro procesa alrededor de 34 gigabytes de información diaria, equivalentes a unas 12 horas de contenido visual y auditivo, lo que obliga a la mente a filtrar y priorizar los datos más relevantes.

Los nombres, a diferencia de las caras, no tienen un contexto visual automático que facilite su retención. Mientras que los rostros se almacenan mediante procesos visuales intuitivos, los nombres son elementos abstractos que carecen de una relación clara con algo significativo. Esta característica, sumada a la sobrecarga de información diaria, provoca que los nombres propios no superen el “filtro de prioridad” de la memoria, lo que explica por qué son olvidados con tanta facilidad.

Además, la falta de contexto en los nombres juega un papel crucial. Si no se asocian con un significado o referencia personal, el cerebro tiende a clasificarlos como información de baja relevancia. Este fenómeno no solo genera lapsos de memoria, sino que también puede afectar las interacciones sociales, especialmente en eventos donde se presentan muchas personas a la vez.

Estrategias para recordar nombres

Superar esta dificultad es posible mediante técnicas basadas en la neurociencia. Ranganath propone estrategias simples y efectivas que permiten fortalecer la memoria y evitar el olvido de nombres. La clave está en generar asociaciones significativas, un proceso que activa diversas áreas del cerebro y mejora la retención de información.

Una de las técnicas recomendadas es relacionar el nombre con algo conocido. Por ejemplo, si alguien se llama “Carmine”, se puede asociar con un personaje famoso o una marca reconocida. Otra estrategia eficaz es identificar detalles únicos en la persona, como rasgos físicos o características de su personalidad, que sirvan de anclaje mental. Repetir el nombre varias veces durante la conversación también ayuda a reforzar su registro en la memoria, mientras que crear imágenes mentales vinculadas al nombre facilita su retención a largo plazo.

Estas técnicas no solo contribuyen a recordar nombres, sino que también fortalecen la memoria general. La asociación de información nueva con recuerdos previos permite optimizar la retención de datos. Este proceso cognitivo se utiliza en otras áreas de la vida diaria, como el aprendizaje de nuevos idiomas o la memorización de conceptos abstractos.

Beneficios de recordar nombres

Aplicar estas técnicas no solo evita momentos incómodos, sino que también mejora la calidad de las interacciones sociales. Recordar el nombre de una persona suele generar una impresión positiva, ya que demuestra atención, interés y empatía. Este pequeño detalle puede fortalecer las relaciones interpersonales, especialmente en el ámbito laboral, donde la creación de vínculos sólidos es fundamental.

Los beneficios van más allá de lo social. Poner en práctica estas estrategias también contribuye al desarrollo de una memoria más ágil y eficiente. Esto resulta útil en la vida diaria, ya sea al recordar los nombres de clientes, compañeros de trabajo, asistentes de tiendas o personas en gimnasios y otros entornos sociales. Además, evita situaciones incómodas que pueden surgir al no reconocer a alguien por su nombre.

En conclusión, olvidar nombres no es una señal de desinterés ni de mala memoria, sino una consecuencia de la forma en que el cerebro procesa la información. Con técnicas sencillas, es posible superar esta dificultad, mejorar la memoria y fortalecer las relaciones interpersonales. Estas estrategias no solo permiten recordar nombres con mayor facilidad, sino que también optimizan el rendimiento cognitivo en otras áreas de la vida cotidiana.

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