Por qué hablar en primera persona durante las discusiones en pareja es clave para resolver conflictos

CIUDAD DE MÉXICO.- Las palabras tienen el poder de construir o destruir relaciones, especialmente en el contexto de una discusión. La manera en que expresamos nuestros pensamientos y emociones puede definir no solo el tono de la conversación, sino también la profundidad de nuestras conexiones con los demás. Una técnica que ha demostrado ser efectiva para mejorar la calidad de las interacciones es el uso de la primera persona: frases como “yo siento”, “yo pienso” y “me hace sentir” facilitan una comunicación respetuosa y clara.

El hablar desde la primera persona permite a cada individuo enfocarse en sus propios sentimientos y experiencias, sin imponer culpas o juicios sobre el otro. Esta elección de palabras reduce la posibilidad de que la otra persona se sienta atacada, disminuyendo así su reacción defensiva. Como resultado, ambos participantes tienen una mayor apertura para escuchar y responder con empatía.

Consejos prácticos para usar la primera persona

La psicóloga y experta en relaciones, Dra. Lisa Marie Bobby, afirma que expresar nuestras emociones desde una perspectiva personal ayuda a evitar acusaciones directas. Por ejemplo, decir “me hace sentir ignorado cuando no respondes mis mensajes” resulta menos ofensivo que un “siempre me ignoras”. De esta forma, el enfoque cambia de una acusación hacia una descripción honesta de los sentimientos propios, lo cual abre la posibilidad de un diálogo más constructivo y reduce el conflicto.

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Esta práctica también fomenta la empatía, ya que evita que la otra persona adopte una postura defensiva. Al expresar frases como “me siento herido” en lugar de “tú me hieres”, la conversación se centra en la experiencia de quien habla, no en atacar al otro. Esto da espacio para que la otra persona vea la vulnerabilidad y las necesidades detrás de esas palabras, promoviendo una mejor comprensión mutua.

Más allá de ganar la discusión: construir un diálogo sincero

Además de reducir los malentendidos, hablar en primera persona ayuda a enfocar la conversación en la resolución de problemas en lugar de una “competencia” para ganar la discusión. Esta perspectiva facilita un ambiente de colaboración y deja de lado la idea de confrontación, recordando a ambas partes que el objetivo es entenderse y ser comprendidos.

En situaciones tensas, decir “me siento frustrado cuando esto sucede” en lugar de “tú siempre haces esto” permite ser específico sin generalizar. Así, la conversación no gira en torno a la persona, sino en el comportamiento o situación en particular, facilitando que ambas partes se concentren en hallar una solución en lugar de simplemente defenderse.

Construyendo relaciones más sanas y efectivas

Hablar en primera persona envía un mensaje de disposición para resolver el problema de manera conjunta, lo cual contribuye a un ambiente de respeto y empatía. Al evitar una postura acusatoria, se genera un espacio donde ambas personas se sienten escuchadas y valoradas, fortaleciendo las bases de la relación.

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La próxima vez que enfrentes una discusión, intenta expresarte desde la primera persona. No solo ayudarás a que el otro se sienta menos atacado, sino que también abrirás la puerta a una comunicación más honesta y constructiva.