¿A quién le pertenecen los tesoros hundidos en el océano?
Según los acuerdos internacionales, cuyas reglas rigen partes del proceso de la búsqueda de tesoro, la decisión de quién tiene el derecho a quedarse con el contenido de la nave antes mencionada.
MÉXICO.- Una de las más grandes incógnitas en la humanidad corresponde a cuestionarse a quién pertenecen los tesoros que están hundidos en las profundidades del mar.
Los tesoros sumergidos en las profundidades del mar son uno de los misterios que la humanidad ha intentado resolver durante siglos; pues, desde monedas de oro y plata, hasta artefactos de antiguas civilizaciones yacen en las profundidades del mar.
En mayo del 2018, tal como recoge la BBC, surgieron nuevos detalles sobre el galeón español de San José, que fue hundido frente a las costas de Colombia por un buque británico hace más de tres siglos; se dice, que en dicha embarcación, había oro ,plata y piedras preciosos que fueron recaudadas en las colonias del imperio de España en Sudamerica para entregarlas al rey Felipe V, quien necesitaba fondos para la guerra de Sucesión Española
Sin embargo, existe la gran incógnita de a quién le pertenecen estos tesoros internacionales.
Según los acuerdos internacionales, cuyas reglas rigen partes del proceso de la búsqueda de tesoro, la decisión de quién tiene el derecho a quedarse con el contenido de la nave antes mencionada, por ejemplo, tiende a ser tomada entre países bajo la ley internacional, según Robert Mackintosh, un abogado y arqueólogo de la Universidad de Southampton, en Inglaterra.
La convención de la UNESCO de 2001 y que habla sobre el patrimonio cultural submarino incluye reglas que ayudan a llevar prácticas adecuadas para las excavaciones submarinas y guías que estipulan cuáles deben ser los certificados de las personas que participan en la conservación y manejo del sitio.
Sin embargo, un país puede reclamar la posesión sobre un naufragio, por ejemplo, si, en primer lugar, fue dueño de la embarcación, pues aunque la nave se haya hundido y quedado abandonada durante cientos de años, el dueño original todavía puede reclamar derechos de posesión.
Asimismo, ha habido casos en los que un país transfiere la posesión de una embarcación a otro, esto con el fin de que la nave sea expuesta en un museo.
La cuestión de posesión puede complicarse según la ubicación del naufragio, si yace en aguas territoriales de otro estado; pues, según la ley internacional, un país tiene absoluta soberanía sobre esta agua de manera que, esencialmente, puede hacer lo que quiera en términos de tomar posesión, según Mackintosh.
No obstante, la posesión puede complicarse, según la ubicación del naufragio. Según la ley internacional, un país tiene absoluta soberanía sobre esta agua de forma que puede hacer lo que quiera en términos de tomar posesión. O también, cuando se descubre una embarcación, el país donde la nave fue registrada puede dar causa de algo que se le llama como “inmunidad soberana”.
Esto se refiere a una categoría específica de embarcaciones que son inmunes al os procesos legales de otro estado.
Factores que determinan la propiedad.
La propiedad de los tesoros hundidos es un tema complejo que depende de varias leyes y acuerdos internacionales. En general, la Ley de Salvamento establece que quien rescate un bien en el mar tiene derecho a una compensación, aunque no necesariamente a la propiedad. El dueño original o sus herederos suelen tener el primer derecho de reclamo, si es posible identificarlo.
La Convención de la UNESCO sobre el Patrimonio Cultural Subacuático de 2001 establece que los bienes que llevan más de 100 años bajo el agua deben protegerse como patrimonio cultural y no explotarse comercialmente. Esta convención busca conservar los tesoros en museos y lugares públicos, pero no todos los países la han firmado, lo que crea diferencias en su aplicación.
Cuando un tesoro se encuentra en aguas territoriales, el país al que pertenecen esas aguas tiene derecho prioritario sobre el hallazgo. Por ejemplo, un barco hundido cerca de las costas de un país puede ser reclamado por su gobierno. Si el barco es de otro país, el gobierno propietario también podría intervenir, generando disputas internacionales.
Para barcos de gobiernos soberanos, como los galeones españoles, el país propietario suele reclamar los derechos, sin importar su ubicación. Un caso famoso fue el del Nuestra Señora de las Mercedes, cuyo tesoro fue recuperado por España en 2012 tras una batalla legal con una empresa estadounidense de salvamento.
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