Descubrimiento en Noruega: Hallan los restos del “Hombre del Pozo” mencionado en una saga de 1197
El análisis de radiocarbono confirmó que los restos datan de la época del ataque Bagler al castillo de Sverresborg.
En la región central de Noruega, un misterioso hallazgo arqueológico parece acercarnos a un personaje descrito en las antiguas sagas nórdicas. Científicos creen haber desenterrado el esqueleto de un hombre arrojado a un pozo durante un asedio al castillo de Sverresborg en 1197, un evento documentado en la famosa Sverris saga, la cual narra las gestas del rey noruego Sverre Sigurdsson. La saga, escrita en verso y probablemente supervisada por el mismo rey, relata cómo los enemigos católicos del monarca atacaron su fortaleza en Nidaros (actual Trondheim) mientras Sverre se encontraba en Bergen. Durante el asedio, los atacantes, conocidos como los Baglers, arrojaron el cuerpo de un hombre al pozo como señal de desprecio o, posiblemente, como una estrategia primitiva para contaminar el agua.
El misterio comenzó a revelarse en 1938, cuando arqueólogos encontraron restos humanos a siete metros de profundidad en el pozo del castillo, sepultados bajo capas de piedras. La excavación fue interrumpida por la Segunda Guerra Mundial y no se retomó hasta 2014. Un equipo liderado por la arqueóloga Anna Petersén logró recuperar parte del esqueleto, revelando a un hombre de entre 30 y 40 años, de 1.75 metros de estatura, con lesiones en el cráneo que podrían indicar un violento final.
El análisis de radiocarbono confirmó que los restos datan de la época del ataque Bagler al castillo de Sverresborg, coincidiendo con los eventos descritos en la saga de Sverre. Según Petersén:
Existe una alta probabilidad de que este hombre sea el mismo del que habla la saga, no solo por las fechas, sino también por la coherencia del contexto”.
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El equipo intentó secuenciar el ADN de sus huesos, pero debido al deterioro, la muestra fue extraída de uno de sus dientes. Los resultados indican que el hombre tenía piel clara, cabello rubio o castaño claro y ojos azules. Sorprendentemente, el análisis genético demostró que provenía del sur de Noruega, región asociada con los atacantes del castillo y no con los defensores. Este hecho sugiere que podría haber sido un Bagler, y, de ser así, los mismos atacantes habrían lanzado el cuerpo de uno de sus propios hombres al pozo.
Este hallazgo podría ser el primer caso en el que la genética identifica a una persona descrita en una antigua saga, un logro significativo en la interpretación de los eventos históricos. Aunque no se puede confirmar al 100% su identidad, los científicos sostienen que el análisis genético y las pruebas arqueológicas aportan una dimensión única a la historia, separando hechos de ficción.
Con información de The Guardian.
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