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¿Por qué debemos imaginar a Sísifo feliz? ¿De qué trata este mito?

El mito de Sísifo cuenta la historia de un rey astuto que engañó a los dioses y fue castigado por Zeus a empujar una roca colina arriba eternamente.

¿Por qué debemos imaginar a Sísifo feliz? ¿De qué trata este mito?

CIUDAD DE MÉXICO.- El mito de Sísifo es una de las historias más conocidas de la mitología griega. Aunque muchos relatos mitológicos destacan por su crueldad, la historia de Sísifo es recordada por la familiaridad inquietante de su castigo, más que por su brutalidad. Sísifo, primer rey de Épiro, era un monarca astuto y tirano que abusaba de su poder para someter a sus súbditos. Este abuso de la hospitalidad, una tradición sagrada en la antigua Grecia, enfureció a los dioses, en especial a Zeus.

La historia de Sísifo comienza cuando este decide traicionar a Zeus. Después de que el dios secuestrara a la ninfa Egina, Sísifo reveló su paradero al padre de la joven, el dios de los ríos Asopo, a cambio de un favor: la creación de un manantial en su ciudad. Cuando Zeus se enteró de esta traición, ordenó a Tánatos, la personificación de la muerte, llevar a Sísifo al inframundo. Sin embargo, la astucia de Sísifo lo salvó una vez más. Convenció a Tánatos de mostrarle cómo funcionaban las cadenas, y aprovechó para encadenarlo, lo que provocó que nadie pudiera morir en el mundo durante un tiempo.

La astucia que desafió a los dioses

Este caos atrajo la atención de Ares, el dios de la guerra, quien liberó a Tánatos para restaurar el orden. Sísifo sabía que su final estaba cerca, pero aún tenía un último truco bajo la manga. Antes de morir, pidió a su esposa que no le diera un entierro adecuado y, en su lugar, lanzara su cuerpo a la plaza pública. Una vez en el inframundo, Sísifo se quejó ante Perséfone, la reina del inframundo, por el “desprecio” de su esposa, y consiguió el permiso para regresar al mundo de los vivos y castigarla, aunque su verdadera intención era escapar de la muerte por segunda vez.

Zeus, al descubrir nuevamente la astucia de Sísifo, envió a Hermes para llevarlo de vuelta al inframundo. Esta vez, no habría escapatoria. El castigo de Sísifo fue uno de los más emblemáticos: debía empujar una gran roca colina arriba, solo para que, al llegar a la cima, la roca cayera de nuevo, obligándolo a repetir la tarea indefinidamente. Esta tarea, eterna e imposible de completar, es lo que define el destino trágico de Sísifo.

Una alegoría de la condición humana

A lo largo de los siglos, la historia de Sísifo ha sido interpretada de muchas formas. Algunos historiadores sugieren que el mito tiene sus raíces en los ciclos naturales, como el amanecer y el ocaso, que se repiten día tras día. Sin embargo, la imagen de un hombre condenado a repetir una tarea inútil para siempre ha capturado la imaginación de filósofos y pensadores modernos.

Albert Camus, en su ensayo “El mito de Sísifo”, utiliza este castigo para ilustrar su visión del existencialismo. Para Camus, Sísifo representa la lucha humana por encontrar sentido en un universo que, en última instancia, no tiene propósito. Aunque la vida a menudo puede parecer absurda y repetitiva, Camus sugiere que debemos enfrentar esta realidad con dignidad y aceptación. En lugar de rendirse al desespero, Sísifo es imaginado encontrando un significado en su lucha interminable.

En este sentido, el mito de Sísifo no solo es una historia sobre el castigo divino, sino una poderosa metáfora de la condición humana.

Con información de Ted-ED:

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