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¿Quiénes fueron los famosos piratas “Perros del Mar” y qué hicieron?

Durante el reinado de Isabel (1558–1603), se produjo una colaboración única entre la corona inglesa y los corsarios, quienes recibieron el visto bueno para atacar los barcos españoles.

¿Quiénes fueron los famosos piratas “Perros del Mar” y qué hicieron?

En el siglo XVI, la piratería asumió una forma refinada y estratégica bajo la apariencia de los Perros del Mar Isabelinos. Lejos de la imagen de meros saqueadores desarrapados, estos piratas eran a menudo individuos de alta sociedad con un considerable estatus social. Sus hazañas en alta mar no eran meros actos de robo, sino parte de una estrategia geopolítica más amplia sancionada por la Reina Isabel I.

Durante el reinado de Isabel (1558–1603), se produjo una colaboración única entre la corona inglesa y los corsarios, quienes recibieron el visto bueno para atacar los barcos españoles mediante cartas de marca oficiales. Aunque España e Inglaterra no estaban oficialmente en guerra, estas cartas hacían legalmente permisible que los corsarios ingleses saquearan embarcaciones españolas, un hecho que los españoles disputaban enérgicamente. Esta flexibilidad legal fue crucial, ya que permitió a los Perros del Mar operar con un grado de impunidad.

Los Perros del Mar—formados por figuras como Sir Francis Drake, Sir John Hawkins, Martin Frobisher y Sir Walter Raleigh—se distinguieron por sus orígenes nobles y su destreza marítima. Sus hazañas, a menudo caracterizadas por lo que podría llamarse “piratería selectiva”, tenían como objetivo los tesoros españoles a través del Atlántico, desde el Caribe hasta las costas de África del Norte.

A pesar de su alto estatus y del amparo legal proporcionado por las cartas de marca, los Perros del Mar operaban bajo un sistema de “saqueo por pago”, lo que significaba que sus ganancias provenían de una parte del botín en lugar de un salario fijo. Este sistema de incentivos los motivaba a apoderarse de barcos y bienes de cualquier nación, lo que complicaba aún más su relación con la política oficial británica.

Un ejemplo notable de las audaces empresas de los Perros del Mar es el ataque de Sir Francis Drake a Nombre de Dios en Panamá en 1572. Aunque su ataque inicial fracasó, Drake persistió en la región, logrando finalmente apoderarse de un tesoro significativo de un convoy de mulas. Sus expediciones posteriores entre 1585 y 1586, que incluyeron el saqueo de Santiago y la captura de Santo Domingo, demostraron su destreza estratégica y la efectividad de los Perros del Mar en la interrupción de los intereses españoles.

La corona inglesa a menudo se distanció de los actos más abiertamente piráticos de sus corsarios, prefiriendo dejar que los patrocinadores externos manejasen el financiamiento directo de tales empresas. Esto permitió mantener una deniabilidad plausible mientras aún se beneficiaba de los éxitos de los Perros del Mar. La expedición de Thomas White en 1560, en la que se apoderó de barcos de tesoro españoles a pesar de las directrices oficiales, ejemplifica esta práctica.

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El legado de los Perros del Mar persistió mucho después del final formal de la Guerra Anglo-Española en 1604. Sus incursiones y la riqueza que acumularon destacaron tanto la efectividad como las ambigüedades morales de la piratería sancionada por el estado. Mientras que los españoles veían a estos corsarios con desdén, los ingleses los consideraban patriotas que avanzaban los intereses nacionales y religiosos en alta mar.

Con información de Natgeo.

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