Esto le hace el calor extremo a tu cuerpo
El cuerpo humano tiene mecanismos para autorregular su temperatura, pero el calor excesivo puede superar sus límites y causar graves daños a la salud.

Con la llegada del verano, las olas de calor extremo se han vuelto más frecuentes y peligrosas. Aunque el cuerpo humano está diseñado para adaptarse a altas temperaturas, el calentamiento global ha elevado los riesgos, especialmente en poblaciones vulnerables. Según un reporte de El Diario Mx, el calor figura entre las causas más comunes de muerte durante esta temporada en diversas regiones del mundo.
¿Cómo responde el cuerpo al calor?
Ante temperaturas elevadas, el organismo activa dos principales mecanismos para regular su temperatura interna: la redistribución de la sangre hacia la piel para liberar calor y la sudoración, que enfría el cuerpo al evaporarse. Sin embargo, estas funciones pueden perder eficacia cuando la temperatura ambiente supera los 32 °C o cuando la humedad impide la correcta evaporación del sudor.
¿Qué sucede cuando hace demasiado calor?
Cuando el aire es más caliente que la piel, el cuerpo empieza a absorber calor en lugar de expulsarlo. En climas húmedos, el sudor no se evapora adecuadamente, lo que impide el enfriamiento natural y puede generar un aumento sostenido de la temperatura corporal. Esto eleva la frecuencia cardiaca, disminuye la presión arterial y puede causar desmayos, especialmente si hay deshidratación.

Los riesgos más altos
Las personas con enfermedades cardiovasculares, diabetes o problemas en la circulación son más propensas a sufrir complicaciones relacionadas con el calor, incluso a temperaturas moderadas (desde los 27 °C). Adultos mayores y niños pequeños también están en mayor riesgo.
En individuos sanos, el cuerpo puede resistir temporalmente temperaturas elevadas, pero el riesgo aumenta en ambientes extremos o durante el ejercicio físico.
Agotamiento y golpe de calor
El agotamiento por calor ocurre cuando la temperatura corporal alcanza entre 38 y 39 °C, lo que causa fatiga, taquicardia, dolor de cabeza y náuseas. Si no se toman medidas, esto puede progresar a un golpe de calor, una emergencia médica que se presenta cuando el cuerpo alcanza los 40 °C o más.
En ese punto, órganos vitales como el corazón, los riñones, el cerebro y el intestino comienzan a fallar por falta de oxígeno.
Daños a los órganos internos
Durante un golpe de calor, la circulación sanguínea se redirige para evitar la pérdida de líquidos, pero esto priva de oxígeno a los riñones, que pueden fallar rápidamente. El corazón, bajo gran esfuerzo, también se debilita. La barrera intestinal puede deteriorarse, permitiendo el paso de bacterias al torrente sanguíneo.
El cerebro, al sobrecalentarse, deja de regular correctamente la temperatura corporal, provocando confusión, delirio y pérdida de la sudoración.
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Qué hacer ante un golpe de calor
La intervención rápida es clave para evitar daños permanentes o la muerte. Lo más efectivo es sumergir a la persona afectada en agua con hielo. Si esto no es posible, se recomienda envolverla con paños fríos y húmedos para reducir su temperatura.
Con el incremento de las olas de calor debido al cambio climático, es crucial reconocer los síntomas y actuar a tiempo.
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