Estos son los beneficios de tener perros que acompañen a los niños, según estudios recientes

Tener un perro en casa puede ser mucho más que una experiencia divertida para los niños. En los últimos meses, videos de bebés conviviendo con perritos se han vuelto virales en redes sociales, pero detrás de esta ternura también hay evidencia científica que respalda los beneficios reales de esta convivencia. Diversos estudios sugieren que crecer junto a un perro puede ayudar al desarrollo físico, emocional e incluso inmunológico de los niños.

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¿Por qué es bueno que los niños crezcan con perros?

La infancia es una etapa importante en la formación de la personalidad, la salud y el aprendizaje. En ese sentido, tener un perro puede sumar de forma muy positiva. Según el portal especializado Kivet, salud animal, uno de los beneficios más importantes, aunque poco conocidos, es el fortalecimiento del sistema inmunológico.

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Los niños que crecen con perros tienen menos riesgo de desarrollar alergias y enfermedades respiratorias”

—  señala el sitio.

Esto se debe a que los perros traen consigo microorganismos que ayudan a fortalecer el microbioma intestinal de los bebés, es decir, la comunidad de bacterias buenas que viven en su cuerpo y que juegan un papel fundamental en la salud.

No obstante, Kivet también advierte que esta convivencia no es ideal para todos.

La exposición a los alérgenos de las mascotas podría no ser adecuada para niños con asma o alergias graves”

Por lo que se recomienda consultar a un médico o alergólogo antes de tomar la decisión.

Beneficios emocionales y sociales

Además del aspecto físico, los perros pueden ayudar a desarrollar el mundo emocional de los niños. El portal Purina explica que los lomitos suelen convertirse en una fuente de amor incondicional y confianza para los pequeños. Esto los ayuda a aprender a identificar y manejar sus emociones, desarrollar empatía, compasión y también a asumir responsabilidades de forma temprana.

Cuando los niños cuidan de un perro, aunque sea con pequeñas tareas como darle comida o acariciarlo antes de dormir, aprenden valores importantes”

—  se lee en el sitio.

Estos beneficios emocionales se traducen también en mejores habilidades sociales. Los niños que crecen con perros tienden a ser más comunicativos, seguros y sociables. Además, compartir la vida con una mascota también puede ser un apoyo en momentos de ansiedad o tristeza.

Fomenta la actividad física

Otro de los aspectos positivos es que tener un perro puede motivar a los niños a moverse más. Las actividades cotidianas como jugar en el jardín, salir a pasear o lanzar la pelota, ayudan a combatir el sedentarismo y promueven un estilo de vida activo desde pequeños.

De esta manera, un perro puede convertirse en un gran aliado para que los niños mantengan hábitos saludables sin que se den cuenta.

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¿Moda o cambio cultural?

Aunque ver a bebés y perros juntos en TikTok o Instagram se ha vuelto tendencia, más allá de la ternura, esta imagen puede reflejar un cambio más profundo en la forma en la que las familias conciben el crecimiento infantil. No se trata solo de algo “bonito”, sino de una decisión con múltiples ventajas.

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Eso sí, expertos coinciden en que no se debe tomar a la ligera.

No basta dejarse llevar por modas o contenidos virales”

—  advierte Kivet.

La llegada de un perro al hogar requiere compromiso, preparación y, sobre todo, responsabilidad. Es importante que la convivencia entre el bebé y el animal sea segura, supervisada y adaptada a las necesidades de ambos.